Vida académica plena

Carlos Colina Salazar nace en Caracas 18 de marzo de 1960. Sociólogo de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales (UCV, 1984). Especialista en “Sociología del Consumo: Teoría y práctica de investigación de mercados” (Universidad Complutense de Madrid). Profesor en la Escuela de Comunicación Social y en la Maestría de Comunicación Social de la UCV, se desempeñó como coordinador en dicha maestría. Profesor titular-jubilado en el Instituto de Investigaciones de la Comunicación. En dos ocasiones, 2003 y 2005, recibió el Premio Nacional del Libro con las obras Mediaciones digitales y globalización y Comunicación y ciudades mediáticas, respectivamente. Distinguido con la Orden José María Vargas (UCV, 2015). Cito algunas de sus obras: “El paradigma incompleto de las mediaciones” (2001); El lenguaje de la red, hipertexto y posmodernidad (2002); Ciudades glocales: estéticas de la vida cotidiana en las urbes venezolanas (2010); Sabanagay: disidencia y diversidad sexual en la ciudad (2011); “Humorismo televisivo y homofobia” (2016); Posporno: representación y agencia de la sexualidad en los medios de comunicacióne-book editado, recientemente, por Libros El Nacional (2017). En lo que sigue comentaré algunas ideas fuerza de nuestro autor.

Pensar la comunicación desde la cultura

No existe una influencia unívoca de los medios masivos y de las tecnologías en la sociedad. Ello supondría soslayar la presencia de los múltiples procesos de orden sociocultural y cognoscitivo que intervienen en nuestra vida. En esta dirección, el profesor Carlos Colina asevera: “Hay un denominador común a los investigadores que trabajan con el concepto de mediaciones y es precisamente la concepción de la comunicación como un objeto complejo y multidimensional. Ya se hable simplemente de mediaciones (Manuel Martín Serrano), haz de mediaciones (Enrique Sánchez Ruiz), mediación múltiple (Guillermo Orozco), la multicausalidad siempre estará presente en los procesos comunicacionales”.

El juego de las mediaciones

Carlos Colina identifica cinco tendencias en los estudios de recepción en América Latina: 1. El consumo cultural de Néstor García Canclini. 2. Los frentes culturales de Jorge González. 3. La recepción activa de Valerio Fuenzalida. 4. El uso social de los medios de Jesús Martín-Barbero. 5. Las multimediaciones de Guillermo Orozco. Estas tendencias superan la idea de que los medios masivos y digitales manipulan a su antojo a las personas. Nos recuerda el profesor Colina que Jesús Martín-Barbero, el insigne autor del libro De los medios a las mediaciones, “relaciona el concepto de mediación con las prácticas comunicativas específicas de la audiencia; se trata de un proceso estructurante que involucra tres dimensiones: socialidad, ritualidad y tecnicidad.” Hay que pensar la recepción mediática y digital desde la cultura y desde la misma historia de los pueblos. Las audiencias en Internet producen y reinterpretan contenidos en medios digitales desde sus contextos globales y locales, no son entidades pasivas ni recipientes vacíos que esperan recibir mensajes, desinformación y estereotipos, sin criterios culturales.

Sociología de las tecnologías de la comunicación

Sociedad y tecnología “no se pueden separar como ideas claras y distintas. En un proceso de causación recíproca la sociedad configura la tecnología, e igualmente, la tecnología configura la sociedad. Y lo que es también sumamente relevante; las influencias no son mecánicas, lineales y universales. En términos causalistas, sociedad y tecnología pueden ser alternativa y simultáneamente causas y efectos”. Sin embargo, el método de estudio dominante en torno al binomio “sociedad-tecnología” abreva del tecnocentrismo, enfoque que deja al margen los procesos culturales ya de por sí complejos y contradictorios en la era de la globalización. Colina asevera: “La literatura informática de divulgación ha descrito una especie de historiografía de este tipo con la distinción de sucesivas generaciones de computadoras. Esta concepción historiográfica legitima al imperativo tecnológico, pues si los resultados son siempre promisorios y plenos de bienestar social, el corolario es que no debe obstaculizarse la marcha de la técnica. Esta última constituye una entidad históricamente autónoma, con sus propias leyes y desarrollo, los cuales están basadas en el principio de incremento de eficiencia”.

Nuevas tecnologías, control y derechos humanos

Tecnologías, dispositivos y aplicaciones digitales modifican el modo de vida. Nadie escapa de esta situación que bien podríamos denominar “ciber-cotidianidad”. “Las tecnologías ejercen ciertas constricciones sobre el comportamiento humano. En los artefactos aparecen predefinidos ciertos principios. Los patrocinadores de las tecnologías, y no solo los inventores y los diseñadores, entran en esta fase del juego. Ellos tienen determinadas motivaciones ideológicas, económicas y políticas. Sin embargo, el poder de estos actores no es ilimitado”. Hoy en día, las naciones disponen de marcos jurídicos, habeas data o habeas scriptum que abogan por el respeto, la integridad y la libertad. “Con la denominada libertad informática, ha habido una redefinición de la ‘privacy’, en donde ya no se trata simplemente de negar información sobre los datos personales y privados, con el objeto de salvaguardar la intimidad, sino también sobre todo, la libertad de controlar el uso de los propios datos insertos en un archivo informático”.

P.D. Carlos Colina Salazar es un experto en tecnologías de la información y de la comunicación, línea de estudio que ha desarrollado de manera prolífica en el Ininco. Sus aportes son relevantes en la Ciencia de la Comunicación venezolana. Ha trabajado intensamente en estos asuntos: mediaciones sociales en comunicación y culturacomunicación y ciudadcomunicación, género y diversidad sexual. He tenido la satisfacción de compartir con Carlos en el ámbito investigativo por más de dos décadas. Profesor riguroso, metódico y exigente. Amigo de ruta académica y de vida.


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