El estadounidense Bob Beamon reconoció que el récord mundial de 8,90 metros con el que ganó el salto de longitud en los Juegos Olímpicos de México 1968 sucedió gracias a un momento en el que todo se alineó a su favor y eso es imposible de olvidar.

“Aquel día pasó todo a mi favor y eso es imposible de olvidar. Todo sucedió en aquel estadio, todo perfecto en ese momento. Es el récord olímpico más viejo de la historia (el récord mundial lo tiene el estadounidense Mike Powell con 8,95 desde 1991), ya lleva 50 años y estoy orgulloso por eso”, dijo Beamon en entrevista a Efe.

Los jueces no estaban preparados para medir un salto tan largo y tuvieron que buscar una cinta, lo cual demoró la ratificación del registro, que duró como récord mundial hasta el 30 de agosto de 1991 cuando el estadounidense Mike Powwel hizo 8,95 en los Mundiales de Atletismo de Tokio’91.

“Son dos cosas diferentes. Powell fue un gran atleta, pero una cosa es romper un récord mundial y otra diferente hacerlo para ganar medalla de oro en unos Juegos Olímpicos”, dijo.

Vestido de manera elegante con un saco oscuro, Beamon regresó ayer al Estadio Universitario para estar en la celebración del inicio de los Juegos Olímpicos que reunió a más de una decena de los héroes deportivos de la justa de hace 50 años. “México es mi casa, amo a México, es un hermoso sentimiento regresar”, repitió de manera amable.


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