Escasez de alimentos básicos, que causa carestía y miseria generalizada, así define la RAE la palabra hambre. Esto fue lo que ayer motivó a miles de personas a movilizarse en el oeste de Caracas. La solución que el gobierno le dio a la Marcha de las Ollas Vacías fue reprimirla con gas pimienta, lacrimógenas, perdigones y agua desde las ballenas.

Con el sonido de las cacerolas, pancartas y consignas contra el gobierno, los opositores que se concentraron en Montalbán exigieron solución a la escasez de alimentos. Pese a no haber llegado a El Valle –donde era el punto final de la marcha– hicieron sentir ante los piquetes de la Guardia Nacional Bolivariana la necesidad de abastecimiento de productos básicos en los anaqueles.

Antes del mediodía, las personas comenzaron a llegar al punto de concentración previsto en la parroquia La Vega, del municipio Libertador. Unos a pie, otros en carros, camionetas o en motos, asistieron a la convocatoria de la MUD. El Metro de Caracas suspendió nueve rutas de la Línea 1, tres de la 2, dos de la 3, una de la 5 y 11 rutas del Metrobús.

“Solo el gobierno engorda”, expresaba el mensaje del grupo Dale Letra. La gente lo acompañó gritando: “Nuestras cacerolas se vaciaron porque en Miraflores las ollas se rasparon”. Al mediodía la marcha arrancó rumbo a El Valle, por la 2ª avenida de Montalbán.

“Tenía dos meses sin comer carne, porque no me alcanza para comprarla. A mis hijos nunca les faltó una arepa. Ahora mi nieto llorando me pide tetero, pero no hay leche”, expresó Carmen Jiménez, de 67 años de edad, mientras caminaba. En esa misma calle fueron consultados varios vendedores de un pequeño mercado; el pescadero, el carnicero y la vendedora de frutas coincidieron en que en los últimos meses han bajado las ventas a medida en que se incrementan los precios.

“Mis clientes ya no vienen constantemente. Antes compraban un kilo, ahora se llevan medio”, dijo Carolina Marichal, quien vende frutas en la zona por donde la marcha transcurría con normalidad. Parte de los manifestantes se quejaron de que el salario mínimo integral actual –200.021 bolívares– no les alcanza para cubrir las necesidades alimentarias, razón por la cual han dejado de adquirir algunos productos procesados y embutidos y los han suplido por verduras, “que tienen un precio más bajo”. De acuerdo con el Cendas-FVM, el costo de la Canasta Básica Familiar de abril de 2017 fue de 1.214.020,20 bolívares. 

Una parte de los manifestantes fueron consultados sobre ¿qué alimentos han desaparecido de sus ollas?: las carnes rojas, el pescado, los embutidos, arroz, pasta, leche, aceite, azúcar y granos, respondieron.

A las 12:30 pm los manifestantes encontraron el primer piquete de la GNB en la avenida O’Higgins. A tres cuadras de llegar al muro policial se desviaron hacia la avenida Teherán, de Montalbán. Las personas avanzaron con la certeza de haber burlado el cerco de seguridad, pero en esa arteria vial también la GNB dispuso sus vehículos y oficiales para impedir el paso.

Tres disparos de bombas lacrimógenas dividieron a la multitud entre la avenida Teherán y la transversal 22 de Montalbán. Los diputados que encabezaban la marcha, entre ellos, José Manuel Olivares, Freddy Guevara, Richard Blanco, Miguel Pizarro y Rafael Guzmán, llamaron a la calma e intentaron mediar con el comandante Betancourt (GNB). Simultáneamente varias personas se acercaron a los piquetes y pidieron a los oficiales –quienes se cubrían con escudos- que cedieran. “La marcha es por alimentos, no queremos más escasez, ustedes también sufren lo mismo”, expresó una señora entre lágrimas.

Bastaron cinco minutos para que el comandante diera la respuesta a las peticiones. Rociaron gas pimienta al grupo de parlamentarios, dispararon lacrimógenas y perdigones, y rociaron con agua a presión a los manifestantes, que desde una cuadra exigían que abrieran el paso.

“Hasta cuándo nuestros hijos van a crecer en esto. Mi hija tiene apenas nueve años y lo que sabe es de colas y carencias”, gritó entre llanto una mujer mientras huía de la represión.

Pese a la arremetida policial un grupo de personas permaneció en el lugar, el sonido de las cacerolas se intensificó a medida en que dispararon el gas lacrimógeno. Al momento se registraron tres personas heridas por perdigones: uno en el brazo, uno en el cuello y otro en la ceja y en la sien.

Minutos después, al menos 30 motorizados de la GNB persiguieron a los manifestantes por las calles de Montalbán, disparando perdigones y gas. En la emboscada, Alejandro Mejía, hermano del diputado Juan Andrés Mejía, resultó herido por perdigones en un brazo y en una pierna. Mientras los vecinos de El Valle tocaron cacerolas contra los cuerpos de seguridad, ahí también fueron reprimidos por la PNB y guardias nacionales.

“Lo más triste de esto es que exista dinero para comprar gas y perdigones, y no haya para comprar alimentos”, manifestó el diputado Richard Blanco, mientras junto a los manifestantes regresaban al punto de concentración inicial. Los manifestantes aseguraron que aunque los repriman seguirán en protestas para generar un cambio en el país.


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