Luis Florido, diputado a la Asamblea Nacional, aseguró en una carta abierta a activistas del partido Voluntad Popular (VP) que este 15 de diciembre por primera vez se lleva al “régimen de Nicolás Maduro a una instancia internacional en un proceso de negociación frente a la grave crisis social, política y económica que está cobrando vidas de venezolanos”.

Sostuvo que llegar a esta etapa de negociación no ha sido  fácil debido a las persecuciones que ha sufrido su equipo de trabajo y hasta su familia.  «Llegar acá no ha sido fácil. En lo personal nos ha costado mucho trabajo, persecución a mi equipo de trabajo a mi familia e incluso la anulación de mi pasaporte y la posterior salida a pie en varias oportunidades por la frontera con Colombia, eludiendo así la restricción migratoria», expresó.

Florido aseguró que fue el primer diputado que desafió al gobierno en ambos aspectos. «Desde que mi partido me asignó la responsabilidad de representarle, desde que asumimos hablarle con transparencia al país y desde que se me asignó la tarea de ser el vocero de cara a la negociación internacional, las críticas han crecido exponencialmente”, indicó.

Para el diputado la salida de la crisis es negociar. “Hoy, después de tanta experiencia acumulada por los errores, aciertos y desaciertos concluimos en que “hay que negociar” (…) Sí, sin complejos, de frente, de cara al país, asumiendo las consecuencias de tal compromiso, criticado y hasta satanizado por muchos, pero al fin y al cabo un recurso o instrumento fundamental para encontrar una salida pacífica y democrática al sufrimiento que padece el pueblo venezolano. Negociar es asumir otro tablero de lucha, tan importante como fue la calle, tan trascendente como el apoyo internacional. Negociar para recuperar el voto libre, competitivo. La libertad de tantos hermanos presos y el regreso de exiliados, la restitución de funciones de la AN y que puedan entrar toneladas de alimentos y medicamentos a nuestro país que tanto lo necesita», dijo.

“Sabemos el suelo que pisamos, sabemos que sobre nuestras espaldas recae el peso de una opinión pública desilusionada por los resultados fallidos de todo este proceso de diálogo, sabemos que no podemos equivocarnos porque la caída es hacia el desespero, sabemos el peligro que enfrentamos pero estamos obligados a seguir adelante”, añadió.

A continuación la carta completa:

El 15 de Diciembre de 2017 no vamos a suscribir un acuerdo a espaldas del pueblo. Por primera vez llevamos al régimen de Nicolas Maduro a una instancia internacional en un proceso de negociación frente a la grave crisis social, política y económica que está cobrando vidas de venezolanos

Llegar acá no ha sido fácil. En lo personal nos ha costado mucho trabajo, persecución a mi equipo de trabajo a mi familia e incluso la anulación de mi pasaporte y la posterior salida a pie en varias oportunidades por la frontera con Colombia, eludiendo así la restricción migratoria. 

Fui el primer diputado que desafió al gobierno en ambos aspectos.

Desde que mi partido me asignó la responsabilidad de representarle, desde que asumimos hablarle con transparencia al país y desde que se me asignó la tarea de ser el vocero de cara a la negociación internacional, las críticas han crecido exponencialmente. Algunos han intentado manchar mi trayectoria empresarial diciendo que tengo contratos con el gobierno y una relación familiar  inexistente con Jorge Rodríguez. Ambas cosas falsas. La empresa de comedores que fundé es mi orgullo, con ella levante a mi familia y desde el año 95 se vinculo a la universidad pública autónoma. Vendí el emprendimiento en el año 2015. Con el caso de los Rodríguez jamás existió relación alguna, apenas  un lazo consanguíneo de un  abuelo, quien tuvo alrededor de 45 hijos. No obstante sus descendientes no tenemos culpa alguna ni relación en la actualidad.

Por otra parte, en estos dos años como presidente de la comisión de política exterior he aprendido mucho, sobretodo que en política internacional se defienden intereses. No obstante es tan grave la situación en  Venezuela, con niños y ancianos muriendo por falta de medicamentos y alimentos, que hemos logrado convencer y conmover al globo terráqueo, por ello nuestro drama se ha convertido en un asunto de política interna en decenas de países. 

Cuando llegamos a la Comisión de Política Exterior apenas apoyaban la lucha del pueblo venezolano media docena de países, luego de nuestra acción decidida para concientizar al mundo, se fue tomando conciencia de la gravedad del caso. Muchos apoyaron en esta tarea, Lilian Tintori, Carlos Vecchio, Williams Davila, ambos presidentes de la AN; tanto Henry como Julio (este último le dio un impulso mayor a la accion en Europa), han logrado el objetivo de que Venezuela se convierta en causa mundial. 

Solidaridades como la de Almagro, los embajadores de la OEA, el Grupo de Lima formado para apoyar a Venezuela, La Internacional Socialista, La Unión Europea, Los Estados Unidos y muchos ex presidentes han sido vitales para el camino que tomamos hoy hacia una “negociación política internacional” nos decían. 

Hoy, después de tanta experiencia acumulada por los errores, aciertos y desaciertos concluimos en que “hay que negociar”. Sí, sin complejos, de frente, de cara al país, asumiendo las consecuencias de tal compromiso, criticado y hasta satanizado por muchos, pero al fin y al cabo un recurso o instrumento fundamental para encontrar una salida pacífica y democrática al sufrimiento que padece el pueblo venezolano. Negociar es asumir otro tablero de lucha, tan importante como fue la calle, tan trascendente como el apoyo internacional. Negociar para recuperar el voto libre, competitivo. La libertad de tantos hermanos presos y el regreso de exiliados, la restitución de funciones de la AN y que puedan entrar toneladas de alimentos y medicamentos a nuestro país que tanto lo necesita.

Puede haber acuerdo o no porque sabemos con quien negociamos, pero no podemos dejar de intentarlo. He allí la trascendencia de la lucha, luchar sin descansar, pelear sin tregua hasta lograr el cambio en Venezuela.

Algunos dicen que no le demos oxígeno a la dictadura, pero créanmelo, esta tiene suficiente, acumulado por la represión y sobretodo por la desesperanza de la gente. Más bien la negociación ocurre porque no están tan fuertes como dicen, por la reacción internacional decidida y en nuestro caso por haber logrado llevarlos a otro terreno, el internacional con los países garantes. 

Todo camino a las cumbres es angosto, empinado y resbaladizo y hacia la cumbre de rescatar nuestra Democracia estamos caminando con este proceso de negociación. Sabemos el suelo que pisamos, sabemos que sobre nuestras espaldas recae el peso de una opinión pública desilusionada por los resultados fallidos de todo este proceso de diálogo, sabemos que no podemos equivocarnos porque la caída es hacia el desespero, sabemos el peligro que enfrentamos pero estamos obligados a seguir adelante. Entendamos también que sobre esta cumbre resbaladiza también está el Gobierno y que tanto ellos como nosotros, cada uno con su motivación, necesitamos un acuerdo para no precipitarnos al abismo, esa es la verdad y con la verdad ni ofendo ni temo.

Churchill decía una frase que es bueno recordar en tiempos como el actual:

En la guerra: resolución 
En la derrota: desafío
En la victoria: magnanimidad
Y en La Paz: buena voluntad 
Preparémonos para cada terreno con firmeza, decisión, fuerza y fe.

Luis Florido


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