La oposición venezolana, ganadora del premio Sájarov 2017 del Parlamento Europeo, es una fuerza que agrupa distintos partidos en contra el gobierno de Nicolás Maduro. Hoy atraviesa una de sus peores crisis.

Reunida en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que nació en  2008 para enfrentar al presidente Hugo Chávez, la oposición incluye a partidos de centro, centroizquierda, izquierda y disidentes del chavismo.

Varios de sus dirigentes están presos, los más emblemáticos son Leopoldo López y los alcaldes Antonio Ledezma y Daniel Ceballos. Según la organización no gubernamental (ONG) Foro Penal, son 391 los políticos presos en Venezuela. Otra parte de la oposición está en el exilio.

Los opositores venezolanos reciben este galardón golpeados por la reciente derrota ante el partido de Maduro en las elecciones regionales, y luchas internas que amenazan con dinamitar la Unidad.

“Este es uno de los peores momentos de la coalición. La unidad política nunca fue una realidad, pero la electoral sí y ésa entró en crisis, desnudando diferencias políticas de fondo”, dijo a la AFP el politólogo Edgard Gutiérrez.

Desde su creación, la oposición ha vivido una montaña rusa de éxitos y fracasos.

El triunfo 

Agrupación de partidos, gremios y ciudadanos que precedió a la MUD, la Coordinadora Democrática impulsó en 2002 manifestaciones que desembocaron en un golpe de Estado que sacó a Chávez del poder por 48 horas, y luego promovió un paro petrolero.

La oposición perdió en 2004 un revocatorio contra Chávez, y elecciones presidenciales contra el mandatario socialista en 2006 y 2012. Pero en 2007 logró su primera victoria electoral, al frenar una reforma constitucional.

Vino luego el enfrentamiento contra Maduro, quien ganó por estrecho margen las presidenciales de 2013 a Henrique Capriles, candidato de la MUD.

En una decisión que dividió a la alianza opositora, López lideró en 2014 multitudinarias protestas que exigían la renuncia de Maduro. Acusado de promover la violencia en esas manifestaciones, que dejaron 43 muertos, el dirigente cumple desde 2014 casi 14 años de prisión, ahora bajo arresto domiciliario.

En medio de una fuerte crisis económica, la MUD logró en diciembre de 2015 una contundente victoria en las elecciones parlamentarias, al ganar 112 de 167 diputados, rompiendo la hegemonía que mantuvo desde 1999 el chavismo en la Asamblea Nacional (AN).

Fortalecida, se propuso desde el Legislativo poner fin al gobierno de Maduro. Pero el triunfo sirvió de poco: en medio de un fuerte choque de poderes, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), al que acusa de servir al chavismo, lo declaró en desacato y anuló sus decisiones.

Con un Parlamento estéril, la oposición, apoyada por manifestaciones, apostó en 2016 por impulsar un referendo revocatorio contra Maduro.

Pero el poder electoral suspendió el proceso y la MUD, pese a la desaprobación de sus simpatizantes, inició un diálogo con el gobierno auspiciado por el Vaticano, que pronto fracasó.

Fracaso… de la calle a las urnas

Tras meses sin rumbo, la oposición se volcó a las calles en abril de 2017, porque el TSJ se atribuyó competencias del Legislativo. Durante cuatro meses, miles exigieron la salida de Maduro en protestas que dejaron más de 125 muertos.

Pero Maduro tenía un as bajo la manga: el 30 de julio se eligió su asamblea constituyente fraudulenta (ANC), totalmente chavista pues la MUD no participó por considerarla fraudulenta. Las protestas se apagaron.

Julio Borges, presidente de la AN, ha encabezado una ofensiva internacional que llevó a varios gobiernos de Europa y América a desconocer la ANC.

Con seguidores desanimados tras el fracaso de las protestas y la elección de la Constituyente, la oposición acudió a las elecciones regionales el 15 de octubre dividida y con dirigentes llamando a la abstención.

Así, y en medio de denuncias de irregularidades electorales, sufrió una estrepitosa derrota, con 18 de las 23 gobernaciones ganadas por el chavismo.

Las fracturas de la MUD quedaron al desnudo. Contradiciendo su línea, cuatro de sus cinco gobernadores se juramentaron ante la fraudulenta ANC.

Capriles Radonski, dirigente de Primero Justicia, partido donde milita el único gobernador que no se subordinó, anunció su retiro de la MUD mientras esté allí Henry Ramos Allup, secretatio general de Acción Democrática, partido al que pertenecen los cuatro gobernadores juramentados por la directiva de la constituyente.

Ahora sus dirigentes hablan de una refundación de la alianza opositora para superar una crisis que estalló en el peor momento: este año debe haber elecciones municipales y a fines de 2018 presidenciales.


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