Recuerdo pocas semanas tan significativas en la gesta por la lucha de la democracia en Venezuela, como la última del mes de Septiembre, pues se exhibió cual antesala más que propicia a lo que promete ser un Octubre de importantes movimientos para el país.

Comenzando por el lunes 24 de Septiembre con la extraordinaria proclama de la denominada plataforma nacional de conflicto, desde donde se busca articular y relanzar el frente de protesta interno en contra del desgobierno más nefasto que registrará nuestra historia; continuando con un notorio protagonismo de la situación venezolana en la escena global, particularmente durante la Asamblea General de la ONU, estando presente nuestras penosas circunstancias en el discurso de diversos Jefes de Estado y de Gobierno, Cancillerías, grupos de trabajo y hasta en las calles de Nueva York; pasando por la inédita Resolución del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, donde se insta al régimen venezolano a aceptar ayuda humanitaria internacional con motivo de la crisis que azota al país; destacando la denuncia y presentación de solicitud de investigación ante la Corte Penal Internacional por parte de Argentina, Canadá, Colombia, Chile, Paraguay y Perú, iniciativa a la cual recién se sumó Francia; y culminando con la relevante intervención del abogado Orlando Viera Blanco ante el Parlamento Europeo, quien actuó por delegación del Secretario General de la OEA y de la Comisión de Política Exterior de la Asamblea Nacional, instando a dicho Parlamento a que emplazaran a sus gobierno a pasar de la diplomacia de micrófonos a la diplomacia tutelada y efectiva del deber proteger para la restitución republicana. En fin, todo un amplio abanico de eventos que a su ritmo y son, van engranando en alcanzar el objetivo de despertar de la pesadilla y accidente histórico en el que cayó esta tierra de Bolívar y de lo que pronto no cabe duda observaremos sus efectos y resultados.

Además de lo anterior, rescato sin embargo un evento aún más significativo, de aquellos que puede pasar desapercibido en el análisis político, pero que termina siendo de profundo impacto en el pueblo. Me refiero a ese extraordinario homenaje que el pasado Sábado y durante seis horas se rindiera a ese aún más extraordinario animador número uno de Venezuela, como lo es Gilberto Correa, con motivo de celebrarse sus cincuenta años de vida artística, durante los cuales y sin excepción entró a todos y cada uno de los hogares en cada rincón del país, con su talento e inigualable Don de comunicar y transmitir emociones.  No es poca cosa haber animado veintiséis ediciones de un certamen que nos identifica globalmente como lo es el Miss Venezuela, o el haber estado al frente durante casi una década de algo tan significativo para el pueblo venezolano, como Sábado Sensacional.

El sentido homenaje a Gilberto nos conectó con el recuerdo de la mejor Venezuela, la pujante, la moderna, la de punta y de vanguardia en cuanto ocurriera en la América Latina. Pasearnos por los cincuenta años de vida pública de Gilberto nos permitió ser testigos del ascenso que a punta de tesón, disciplina y talento era siempre un resultado inevitable en esta tierra bondadosa que por muchos años fue el verdadero sueño americano, en el que aún se anclan y confían los innumerables emprendedores que se esfuerzan y arriesgan todo en estas coordenadas.

Por sobre todas las cosas y más allá de la nostalgia, el homenaje a Gilberto fue inspirador. Se avizoran semanas aún más significativas que la última de Septiembre, que exigirán el mayor de nuestros compromisos y determinación; sin embargo el habernos embarcado el Sábado en esa cápsula del tiempo y ser testigos de ese resumen de la gran Venezuela de la que Gilberto fue protagonista, da sentido, propósito y dirección a nuestra lucha y nuestro esfuerzo por la reconstrucción y por alcanzar el objetivo de que en un futuro muy cercano, cada día por estas calles sea ¡SENSACIONAL!

Cástor González

 Abogado

Presidente del Centro Popular de Formación Ciudadana -CPFC-

@castorgonzalez


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