Uno de los tantos eventos que ha conmovido a la sociedad venezolana en el transcurso de su historia, fue aquel ocurrido el 2 de junio de 1962 en Puerto Cabello, de allí deriva el nombre: Porteñazo.Posterior a la caída del Presidente Marcos Pérez Jiménez, muchos oficiales de la otrora FAN, vieron su oportunidad estelar para hacerse del poder, aún más considerando que el gobierno de turno era de aquel civil y demócrata Rómulo Betancourt, quien rompió la tradición de gobiernos militaristas en Venezuela. De esa manera se puso en la difícil situación de soportar alzamientos militares continuos y atentados contra su vida.Para los días de aquel año, el Batallón Piar y Batallón Carabobo, fueron los encargados de conjurar el alzamiento militar en la Base Naval Agustín Armario, que causó numerosas bajas, dicho alzamiento atribuido a oficiales y tropas, que según informes del Ministerio de la Defensa, habían armado a unos 200 hombres, entre militares y civiles, dispuestos y comprometidos a participar en la masacre que pretendió tomar el control de Puerto Cabello.Los alzados se encontraban influenciados por ideas marxistas-leninistas, y apoyados desde el exterior por Fidel Castro, quien en varias oportunidades cooperó para que grupos de venezolanos de la misma línea ideológica se hicieran del poder en Venezuela bajo la concepción castro-comunista de Estado. Situación que con los años logró sin mucho esfuerzo, con la llegada del expresidente Chávez al poder.Las operaciones de inteligencia militar y la cooperación de venezolanos fieles a nuestro país y a la democracia, permitió dar con la ubicación de arsenales de guerra traídos desde Cuba, lo que tuvo como costo político para el mencionado país, su expulsión de la OEA en 1963, ya siendo en ese entonces Raúl Leoni el presidente de Venezuela. Lo anterior nos muestra una versión muy distinta a las que nos ha querido vender Cuba y la izquierda venezolana, victimizándose ante la comunidad internacional y pretendiendo lavarse el rostro ante la historia, esgrimiendo argumentos de su expulsión por encontrarse la OEA ?bajo el control de los Estados Unidos de América?.El Porteñazo más allá de ser uno de los tantos alzamientos militares como ?El Barcelonazo?, ?El Carupanazo?, entre otros; tuvo la peculiaridad que durante el fragor del combate, un valiente periodista y fotógrafo llamado Héctor Rondón, a riesgo de su vida, logró captar con su cámara un momento histórico que tuvo revuelo nacional e internacional, y fue la imagen del Cabo Primero Andrés de Jesús Garcés  aferrándose como a la vida al sacerdote Luis María Padilla quien para ese entonces era el Capellán de la Base Naval de Puerto Cabello y Párroco de Borburata.La imagen capturó la dureza de ese momento trágico para la historia nacional, lo cual le hizo merecedor del Premio Pulitzer en fotografía en 1963 y el World Press Photo del año 1962, ambos importantes y codiciados reconocimientos que se otorgan internacionalmente. La foto fue titulada en el exterior como: ?AID FORM THE PADRE?.Luego del mencionado reconocimiento a ningún otro venezolano se le ha otorgado un Premio Pulitzer en fotografía; y a nivel latinoamericano, desde aquel año, solamente al fotógrafo de origen mexicano Javier Manzano en el 2013.Debido a que no se me hace posible publicar la imagen, invito a los amigos lectores, a ubicarla en el buscador web de su preferencia o a visitar mi cuenta de twitter donde haré referencia a esta publicación con la fotografía comentada en el presente artículo para que así sea de su [email protected]@duranzorrilla


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