En 1999, díjele a Chávez en Nueva York: ?Presidente, usted ganó con los votos de los que votaban por AD y Copei; si usted no hace un buen gobierno también se le voltearán?. En efecto, a causa los resultados negativos  de una política, de un modelo económico empobrecedor de los venezolanos, que diariamente reciben los impactos de una conducta antinacional, de la corrupción, y de la contracción económica, cuyas consecuencias no tienen parangón en la historia nacional, votaron masivamente en contra del Gobierno. Ciudadanos indignados por las colas para adquirir productos esenciales en un país tan dotado para eliminar carestías. La revolución no tuvo lugar. De nada valieron la hegemonía mediática, control de CNE, el descarado uso del aparato estatal, de fondos públicos, promocionando una opción arcaica para generar bienestar.Pero, en lugar de asimilar racionalmente la lección de los electores, surgen incertidumbres derivadas de expresiones destempladas, incongruentes con el momento político que exige, sobre todo, sensatez para contribuir al desempeño armonioso, fructífero, de la sociedad venezolana. Ahora, pretenden Maduro y sus acólitos ?profundizar la revolución?, esto es, acentuar la crisis, el estado de cosas que ha disminuido brutalmente el nivel de vida de los venezolanos.El pasado jueves estuve en el centro de Caracas. Había algunos fanáticos cerrando vías al tránsito normal. Renuentes anárquicamente a aceptar ?la voluntad popular?, siguiendo el ejemplo que les dan desde Miraflores con peroratas salpicadas de lugares comunes, demostrativos de cómo alguien queda anclado en el pasado y es incapaz de plasticidad intelectual para imaginar el curso a seguir ante la nueva realidad política surgida de las elecciones parlamentarias. Al parecer quedaron atormentados por la golpiza electoral que emanó del conjunto de políticas y conductas desacertadas instrumentadas por el gobierno. El verdadero jefe de campaña de la MUD era el presidente Maduro, quien hizo todo lo imaginable para cuajar y empujar un pueblo en su contra.La nueva situación política revelada por las elecciones recientes más bien aconseja dirigir los asuntos públicos de acuerdo con el sentir general de la población, que a gritos pide detener el despeñadero político-económico con alternativas como las siguientes:Buscar la gobernanza, cohabitar políticamente, fuente de armonía para el clima de confianza que auspicie desarrollo económico, echar base de apoyo legislativo al Ejecutivo, que requiere dialogar y tender a formar un gobierno de coalición representativo del espectro político señalado por la integración parlamentaria y, mayormente, un paquete de medidas económicas y políticas para impulsar las libertades, el aparato productivo nacional, combatir la inflación, corrupción, desempleo, organizar los servicios, reducir la inseguridad, redimensionar al estado, organizar el profesionalismo de la administración pública, buscar eficacia del gasto público y de la política monetaria, despolitizar las instituciones fundamentales, máxime a Petróleos de Venezuela y sistema judicial, liberar presos políticos?Podría ser que en lugar de un gobierno de coalición, formar uno integrado en su mayoría por independientes, ya que irrisoria fue en ese caudal de votos la militancia partidista. También podrían existir combinaciones de independientes, militantes de partidos o cercanos a estos. Eso es lo que sugiere la votación y es lo que debería escuchar el presidente como principal conductor del estado. Seguir el camino sectario, excluyente, corrupto, la visión política errada, es insistir, por un lado, en lo que desembocó como crisis causante del descalabro electoral, y colocarse, por el otro, de espaldas a lo que desean los electores, que sería fuente de ingobernabilidad y requerirá acentuar un gobierno antidemocrático, lo cual plantearía el referéndum revocatorio y elecciones presidenciales [email protected] 


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