Argentina eligió ayer un nuevo presidente. Hace una semana el debate entre los candidatos marcaba el punto más alto de sus esfuerzos por dibujar el cuadro de sus propuestas y para buscar la adhesión a una visión de país y a un modelo de gobierno.Cuánto pesó el debate en la decisión de los argentinos es algo sobre lo cual los analistas continuarán ensayando explicaciones. Donde no cabe duda es en el contraste entre los pensamientos y propuestas de cada candidato. El debate dejó también pistas, es honesto decirlo, sobre posibles coincidencias, las que no se declaran en el fragor de la campaña por la presión estratégica de acentuar los contrastes. De hecho, de los cuatro bloques temáticos propuestos a los candidatos el punto más alto de las diferencias correspondió al tema del desarrollo económico y humano, mientras las posturas menos antagónicas se hicieron visibles en los de educación e infancia, seguridad y derechos humanos y fortalecimiento democrático.Airear las posturas de cada lado puso de relieve, además, que en el resto de los países del continente está presente, con más o menos radicalidad, la misma disyuntiva entre dos caminos. Uno de los modelos pone el acento en el papel predominante del Estado, el asistencialismo, la distribución, el paternalismo. El otro atribuye más importancia al individuo, al ciudadano, a la producción, a la acción concertada.La afirmación de la supremacía del Estado va de la mano, en el primer modelo, con el autoritarismo, la concentración del poder, la multiplicación de los controles. El segundo, fundado en el equilibrio de Estado y sociedad, alienta en cambio la iniciativa privada, la separación de poderes, el diálogo, el juego democrático, la eficacia de los controles.Si en principio deba admitirse que ambos modelos se proponen el bienestar de la gente, las diferencias se ponen de manifiesto en la concepción de los autores, de los procesos y de los medios. Es allí donde, con mayor o menor radicalidad, se hacen presentes las dicotomías Estado o ciudadano, concentración o diversificación, autoritarismo o libertades, exceso de controles o eficiencia en su aplicación, aislamiento o apertura.Frente a la realidad económica, que es la que en gran medida determina la realidad del bienestar de la gente, los primeros piensan en el incremento del gasto público, la multiplicación de los subsidios, el endeudamiento desmedido; los segundos proponen, en cambio, un mayor control del gasto público, su mayor eficiencia, la búsqueda del equilibrio fiscal. La dinamización de la economía es, para unos, efecto de la acción directa de un Estado empresario-repartidor; para otros, de la estabilidad económica, del estímulo a la empresa privada, a la acción de los particulares, a la inversión nacional y extranjera, a la innovación, a la competitividad.En la perspectiva política de la primera de las posturas se privilegia el principio de las reivindicaciones para un determinado sector, no sin cierto contenido de revanchismo; para la segunda pesa más la sociedad en su conjunto, la inclusión por la vía de la igualdad de oportunidades, el crecimiento como camino al bienestar.Las consecuencias en el discurso se manifiestan por una mayor apelación, según el modelo, al miedo o a la esperanza, a la dádiva o al trabajo, a la comodidad o a la responsabilidad, a los derechos sin obligaciones o con ellas. La primera quisiera atribuirse el monopolio del interés social, la segunda propone la atención prioritaria al desarrollo y al bienestar de la gente, sin privilegios y sin exclusión.El resultado de la aplicación de uno u otro modelo se traduce en dramáticos contrastes. De un lado se encuentran países abrumados por la pobreza, la escasez, la inseguridad, la inestabilidad económica y social, con tendencia al atraso y azotados por la inflación. Del otro, países con estabilidad económica, mejores perspectivas de crecimiento y calidad de vida, mayor y más productiva incorporación a la dinámica mundial.Los argentinos seleccionaron ayer, libre y conscientemente, uno de los dos caminos. No tardaremos mucho en palpar los resultados. [email protected]


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