Caminando de un lado a otro, abrazando a su madre y siempre sonriente, llegó Joseph Suárez a las instalaciones de El Nacional. Al joven de 15 años de edad le costaba mantener la mirada enfocada en el periodista o en cualquier otra persona que le hablara que no fuera su progenitora.

No paraba de moverse. Preguntaba, reía y se mostraba tímido en ocasiones. Al hablar de la música, su actitud cambió y sus ojos se enfocaron.

Suárez, quien se describe como cantante del género urbano, empezó a interesarse por la música desde los 10 años de edad y a los 12 decidió ser artista debido a la admiración que sentía por su ídolo, el estadounidense Nicky Jam.

“Es un reguetón romántico y no es grosero”, aseguró sobre el intérprete de “X”.

El joven colombiano fue diagnosticado a los 6 años con hiperactividad alta, déficit de atención y aprendizaje, miopía, estrabismo y dislexia. Joseph también sufre de epilepsia crónica juvenil. Sin embargo, considera que sus patologías no representan un impedimento para poder realizar sus sueños.

“Para mí es normal, hace dos meses que no convulsiono. Tengo epilepsia, pero yo sigo haciendo mi música. Le digo que yo escribo canciones y todo.  Cada vez que me viene algo a la mente escribo”, aseguró el cantante.

Suárez se encontraba en Venezuela como parte de su gira de medios en Latinoamérica para promocionar su sencillo promocional “Fruto prohibido”.

Dijo que a través de la música puede transmitir al público las emociones, el dolor y las sensaciones.

El joven intérprete considera que lo más importante para lograr cumplir los sueños es la constancia. Por eso, a los jóvenes latinoamericanos les aconseja luchar por sus sueños y no rendirse porque “todo es posible”.


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