Oswaldo Lares es una enciclopedia viva de música tradicional venezolana. Se graduó de arquitecto, pero su pasión por las tonadas de arpas, cuatros, maracas y tambores lo llevaron a construir un legado etnográfico que, además de rendir cuenta sobre las múltiples expresiones rítmicas venezolanas, también narra historias de vida que ayudan a comprender el presente de la nación.

Mañana, a las 11:00 am, se inaugura en la galería Abra del Centro de Arte Los Galpones Entre cuentos y encuentros: un viaje sonoro desde el archivo de Oswaldo Lares, una exposición que documenta 20 años de recopilación de folklore en acetatos, instrumentos, fotografías y memorias.

Son pocos los ritmos que retumban en el territorio que Lares quizá no ha escuchado. Sangueo, joropo, fulía, parranda y punto oriental son algunos de los que puede decir, con lujo de detalle, cómo suenan, con qué instrumentos se tocan y quiénes los cantan. “La composición de ‘la revuelta’ es lo más complicado de la música tuyera y cuidado si no de Venezuela entera”, dice y recuerda que por eso le puso ese nombre a su programa de radio, con el que estuvo al aire, entre 1979 y 1991, por Radio Nacional de Venezuela. En el Archivo de la Biblioteca Nacional se resguardan 500 grabaciones de las emisiones en las que hablaba a diario, por espacio de 30 minutos, sobre instrumentos, tradiciones y personajes de la música.

Antes de tener un programa de radio, Lares se convirtió en un reconocido conocedor de los ritmos nacionales. “Mientras estudiaba en Estados Unidos en el taller de la Escuela de Arquitectura había un piano y mi única conexión espiritual con Venezuela era pasar el arpa del Indio Figueredo a las teclas. Cuando regresé al país, me compré un arpa y aprendí por guataca, como cualquier músico del llano. Después me fui a conocer a ese gran músico, que junto con Juan Vicente Torrealba, fomentó y popularizó el joropo. Allí empecé con el registro que después pasó por La Trinidad de Arauca, Barlovento, Naiguatá y fue hasta el Amazonas”, refiere Lares, quien también fundó en 1975 la agrupación Convenezuela: Músicas y Danzas Tradicionales de Venezuela, de la cual fue intérprete y con la que presentó más de 400 conciertos, incluidas 14 giras internacionales.

Armado con una cámara de rollo y un magnetófono portátil, el músico viajó por diversas regiones del país y pegado al cuero del tambor, a la cuerda del arpa, a las manos de maraquero o a la garganta del decimero registró por dos largas décadas la música del país. Ahora, en la exposición Entre cuentos y encuentros: un viaje sonoro desde el archivo de Oswaldo Lares, el público tendrá la posibilidad de oír las grabaciones de los programas de radio y los discos que ayudó a producir junto con músicos folklóricos, entre otros archivos.

La muestra es un esfuerzo conjunto del arquitecto e investigador sonoro Guillermo Lares –hijo de Oswaldo Lares y creador, junto con la documentalista Laura Jordán, del proyecto ArchivOlares– y diferentes artistas visuales que ayudaron a producir el videoarte y la museografía del espacio.

“Queremos resaltar que más allá del registro etnográfico de mi papá, la exposición se presenta como una experiencia completa en la que, sobre todo los músicos emergentes, se pueden nutrir del contacto que él tuvo con el origen de muchos de nuestros ritmos”, indica Lares hijo, quien además será el encargado de presentar el disco Música de Venezuela. The Archive of Oswaldo Lares 1972-1981, cuyo lanzamiento se realizará el jueves 7, a las 5:00 pm, como parte de la exhibición y contará con una presentación de los músicos tradicionales Dámaso Mendoza (Kico), Rafael Camatagua y el joven caraqueño Isaac Sasson con su proyecto discográfico inspirado en los registros de Lares, Memorias del canto campesino.

Entre cuentos y encuentros: un viaje sonoro

desde el archivo de Oswaldo Lares

Abra, Centro de Arte Los Galpones

Hasta el 18 de febrero

Horario: martes a sábado, de 10:00 am a 6:00 pm

y domingos de 10:00 am a 4:00 pm

Entrada libre


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