La visita del papa Francisco a Estados Unidos se está convirtiendo en un éxito publicitario para el grupo automovilístico Fiat Chrysler Automobiles (FCA) por el uso que el pontífice está haciendo del Fiat 500L y el Jeep Wrangler.Francisco recorrió hoy las calles de Washington ante decenas de miles de personas en el clásico papamóvil, un vehículo especialmente adaptado para transportar al pontífice en sus apariciones públicas.Esta vez, el papamóvil es un Wrangler, un modelo producido por la popular marca de todoterrenos de FCA, Jeep.El fabricante de automóviles no ha revelado las características del vehículo, similar al que el pontífice utilizó durante su visita a Ecuador el pasado julio.Lo que si se sabe es que el vehículo ha pasado más de un mes en manos del Servicio Secreto estadounidense, encargado de la seguridad del papa en el país norteamericano, para prepararlo y asegurarse de que cumple con todos los requisitos de protección.El vehículo, por supuesto blanco, cuenta con un techo de cristal pero está abierto en sus laterales, lo que permitió al papadurante su recorrido por Washington bendecir a un bebé que le acercó un agente de seguridad.La elección del Jeep Wrangler como papamóvil ha sido destacada por los medios de comunicación locales.Por un lado, Jeep, un fabricante que se fundó en Estados Unidos, es ahora una marca ligada con la italiana Fiat.Por otro, Wrangler es un modelo popular, que contrasta con el lujo de los anteriores papamóviles producidos por Mercedes-Benz, algo que se ajusta más a la personalidad de Francisco, a quien llaman en Estados Unidos ?el papa del pueblo?.Ese espíritu de modestia también ha sido destacado en la elección del Fiat 500L para transportar al papa ayer, tras su llegada a Estados Unidos, desde la base militar Andrews (Maryland) a la Nunciatura Apostólica en Washington, donde el pontífice pasó la noche.Hoy, Francisco volvió a utilizar el Fiat 500L para desplazarse a la Casa Blanca y reunirse con el presidente estadounidense, Barack Obama, quien, curiosamente, fue el propietario de un viejo Fiat rojo, que le regaló su abuelo, mientras vivía en Hawai.El pequeño utilitario, equipado con la matrícula del Vaticano ?SCV 1?, contrastó con las gigantescas limusinas blindadas que rodeaban el vehículo de Fiat, uno de los modelos que el fabricante italiano vende en Estados Unidos.La única concesión del Fiat 500L es su color: negro, como las limusinas, en vez del blanco del papamóvil.


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