El oficialismo uruguayo respaldó en bloque al ministro de Relaciones Exteriores Rodolfo Nin Novoa, interpelado este miércoles por el diputado colorado Ope Pasquet (del sector Unidos), sobre la situación de Venezuela.

En la instancia, el canciller anunció formalmente que Uruguay aceptó la invitación del presidente venezolano Nicolás Maduro para acompañar junto con otros países el diálogo entre la oposición y el gobierno de la nación caribeña. La decisión la tomó el presidente Tabaré Vázquez con el propio canciller luego de decidir «dejar de lado alguna ofensa que se nos hizo para ayudar al pueblo venezolano a salir», explicó Nin Novoa en la interpelación.

Esta iniciativa será apoyada por los partidos de la oposición, menos por la Unidad Popular (UP), solamente en caso de que la oposición venezolana a través de sus partidos más representativos «preste su consentimiento», aclararon blancos, colorados e independientes en una moción que si bien se presentó en sala no llegó a ser votada porque el FA aplicó la mayoría de 50 votos.

En la declaración, la oposición denunciaba una «ruptura del orden democrático» en ese país, con una «brutal represión» al pueblo, por lo que reclamó «el cese inmediato de la violación de los derechos humanos, la represión, la tortura, la inhabilitación política y la detención arbitraria de ciudadanos».

Aislamiento.

«No vamos a aislar a Venezuela, no le vamos a aplicar la Carta Democrática, no la vamos a echar. Si lo que se pretende es que Uruguay asuma una posición de punta de lanza en una cruzada contra Venezuela, esta no es la posición del gobierno», advirtió Nin a la oposición, para agregar que «no pensamos que sea una decisión sabia sancionar a Venezuela».

«Cumpliremos con nuestra vocación de ayudar. Uruguay no le va a negar la mano tendida a ningún país en problemas», afirmó el canciller, luego de mostrar en sala un mensaje de WhatsApp enviado a su móvil por la canciller venezolana Delcy Rodríguez invitándolo al grupo de apoyo al diálogo. Y agregó: «Se está creando un grupo de amigos para no intervenir para facilitar el diálogo, que se pongan metas concretas y condiciones previas que aseguren el resultado para que no haya otro fracaso. Esto fue consultado con el presidente y entre ambos decidimos dejar atrás alguna ofensa para ayudar a cualquier país latinoamericano, en este caso Venezuela».

Nin Novoa salió indemne de una interpelación donde en los últimos días se había puesto en duda el apoyo del Partido Comunista (PCU), quien abiertamente discrepa con la política del gobierno, que ha ido variando en función de los últimos acontecimientos en aquel país. Pero ayer, en la sesión, el diputado comunista Gerardo Núñez aclaró que respalda «que Uruguay haya decidido acompañar un proceso de diálogo convocado por el presidente de Venezuela», lo que no dejó lugar a dudas del apoyo en bloque de la bancada del FA.

En su exposición, el ministro había precisado el porqué de las idas y venidas entre el FA y el Poder Ejecutivo. «La historia muestra que a veces no coinciden las posiciones de un gobierno y de un partido político, ni siquiera en el caso de un partido que sostiene al gobierno. La pretendida incoherencia que vengo escuchando desde hace días no es tal. Es un hecho saludable en la vida democrática. Un gobierno tiene que conducir un país mientras que el partido goza de mayores libertades», dijo.

Además de señalar varios episodios de represión por las protestas, Pasquet sostuvo que el gobierno ha tenido una postura «zigzagueante con Venezuela (…) La política exterior del Uruguay cuando se trata de cuestiones no democráticas tiene que ser clara. No hay democracia cuando el Poder Legislativo está proscripto, no hay democracia cuando hay presos políticos. Frente a esto Uruguay no puede mirar para el costado. No puede haber dudas», dijo.

«No puede calificarse de democracia a un régimen donde se violan los derechos humanos encarcelando a los dirigentes políticos, proscribiendo, apaleando a los manifestantes y enviándolos a la Justicia militar», añadió.


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