La Unicef denunció este jueves que la comunidad internacional no ha sido capaz de evitar en 2018 que millones de niños afectados por las guerras continúen sufriendo violaciones, ni de lograr que los culpables de estos crímenes rindan cuentas ante la justicia.
“Los niños que viven en zonas en conflicto en el mundo continúan sufriendo niveles de violencia extremos durante los últimos 12 meses, y el mundo sigue fallándoles», aseguró Manuel Fontaine, director de los Programas de Emergencia de Unicef en un comunicado.
De acuerdo con la organización de la ONU los niños que viven en países en guerra fueron objetivos directo de ataques, utilizados como escudos humanos, asesinados, mutilados o reclutados para combatir.
Subrayó que prácticas como las violaciones, el matrimonio forzoso y el secuestro se convirtieron en tácticas habituales en conflictos como los de Siria, Yemen, República Democrática del Congo, Nigeria, Sudán del Sur o Myanmar.
“Durante demasiado tiempo, las partes en conflicto cometieron atrocidades con casi total impunidad, y la situación solo está empeorando. Se puede y se debe hacer mucho más para proteger y atender a los niños”, agregó Fontaine.
Aproximadamente 5.000 niños fueron asesinados o mutilados en Afganistán, 4,2 millones de menores estuvieron en riesgo de sufrir desnutrición aguda grave en República Democrática del Congo, 1.800 niños fueron reclutados en Somalia, 870 asesinados en Siria y otros 1.427 muertos o mutilados en ataques en Yemen, son algunas de las cifras que recoge el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.
«Aunque las guerras continúen, nunca debemos aceptar ataques contra los niños», agregó el director de los Programas de Emergencia de Unicef.