Obras arquitectónicas del siglo XX del estadounidense Frank Lloyd Wright (1867-1959) fueron declaradas hoy Patrimonio Mundial por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

En su cuadragésima tercera reunión, celebrada en la capital de Azerbaiyán, el Comité de Patrimonio Mundial incluyó en la lista de sitios culturales ocho edificios del afamado arquitecto, considerado el precursor de lo que es conocido como «arquitectura orgánica», la armonía entre la construcción y la naturaleza. 

El conjunto de obras declarado Patrimonio Mundial comprende edificios diseñados por Wright en diversas etapas de su prolífica carrera y ubicados en todo Estados Unidos, incluido el Museo Guggenheim de Nueva York y la Casa de la Cascada (Fallingwater), en Pensilvania.

También fueron reconocidas otras obras emblemáticas del famoso artista como el Templo Unitario (Unity Temple) y la Casa Robie (Frederick C. Robie House) ambas en Illinois; la Casa Taliesin y la Casa Jacobs 1 (Herbert Jacobs House) en Wisconsin; la Casa Malva (Hollyhock House) en California; y la casa-taller del arquitecto, Taliesin West, en Arizona.

Precisamente, la Casa Jacobs 1 es considerada una de sus primeras casas «Usonian», un estilo desarrollado por el visionario de la nueva arquitectura estadounidense entre 1936 y los años cincuenta del siglo pasado para abaratar las viviendas de la clase media que padeció las consecuencias de la gran depresión de 1929.

Los inmuebles «Usonian» ideados por Wright, con plazas de aparcamiento al aire libre y cocinas americanas, no tardaron en cobrar popularidad entre los habitantes de Estados Unidos, lo que los hizo muy comunes en el país hasta hoy día. 

El Comité de Patrimonio Mundial destacó la importancia que tuvo Wright para la arquitectura «a escala global» durante la primera mitad del siglo XX y más adelante.

Su trabajo, indicó el comité, repercutió en la manera de concebir la arquitectura y el diseño en todo el mundo, «y continúa haciéndolo también al día de hoy».

Entre otros puntos, el comité señaló que las ocho construcciones del artista «ilustran diversos aspectos de su nuevo enfoque de la arquitectura», pensado para el «contexto estadounidense», pero que se adaptó a la vida en muchas otras partes del mundo.

El carácter universal de su visión hizo que sirviera de inspiración para arquitectos del Movimiento Moderno en Europa y para algunos artistas en América Latina, Australia y Japón, afirmó el comité.

Agregó que los edificios que entran en la Lista del Patrimonio Mundial abarcan desde lugares de culto hasta museos y viviendas familiares situados en «ciudades, suburbios, bosques y desiertos».

En esta ocasión todos son patrimonio histórico de Estados Unidos, cuentan con altas medidas de seguridad y están protegidos contra «alteraciones, demoliciones u otras modificaciones inapropiadas».

Una de las construcciones pertenece a un gobierno local, mientras los demás inmuebles están en manos de organizaciones no gubernamentales, fundaciones y particulares.

La Fundación Frank Lloyd Wright, encargada de preservar el legado del maestro de la arquitectura estadounidense, destacó que la colección de los edificios de Wright es la primera representación de la arquitectura moderna de Estados Unidos en la Lista del Patrimonio Mundial.

La candidatura estadounidense, con once edificios de Wright, ya fue presentada para su inclusión en la Lista de Patrimonio Mundial en 2015, pero posteriormente se revisó y volvió a ser remitida para su evaluación, esta vez con ocho obras del artista.


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