La primera ministra británica, Theresa May, repentinamente debilitada por la dimisión en cadena de miembros de su gobierno, advirtió al Parlamento que un voto contra el proyecto de acuerdo alcanzado con Bruselas puede implicar que no haya brexit.
“Podemos elegir salir de la Unión Europea sin acuerdo, podemos elegir que no haya brexit o podemos elegir unirnos y respaldar el mejor acuerdo posible”, afirmó ante la Cámara de los Comunes, donde partidarios y detractores cuestionaron el texto aprobado la víspera por el gobierno.
Criticando que la provincia británica de Irlanda del Norte pueda permanecer en el mercado único europeo para evitar reinstaurar una frontera con la vecina Irlanda, pero no pueda hacerlo Escocia, una región fuertemente proeuropea, el diputado del Partido Nacionalista Escocés Ian Blackford atacó con dureza a May. “Ni siquiera puede controlar a su propio gabinete”, dijo.
May sufrió un fuerte revés el miércoles cuando su ministro del Brexit, Dominic Raab, y otros tres miembros de su Ejecutivo dimitieron debido al controvertido texto negociado con el bloque europeo.
“No puedo reconciliar los términos del acuerdo propuesto con las promesas que hice al país”, afirmó Raab en su carta de dimisión publicada en Twitter.
Raab, un euroescéptico nombrado en julio tras la dimisión del anterior ministro del Brexit, David Davis, renunció menos de una hora después de que lo hiciera el secretario de Estado británico para Irlanda del Norte, Shailesh Vara. Pocos minutos más tarde, la ministra de Trabajo y Pensiones, Esther McVey, y la secretaria de Estado británica del Brexit, Suella Braverman, dejaban también sus cargos.
“El acuerdo que puso usted ayer frente al gabinete no honra el resultado del referéndum” de 2016, en el que 52% de los británicos optó por salir de la Unión Europea, escribió McVey, que votó a favor del brexit en aquella consulta.
Tras cinco horas de un frenético consejo de ministros en Londres, una sonriente Theresa May había anunciado el miércoles por la noche la “decisión colectiva” de su gabinete de respaldar los términos del proyecto de acuerdo alcanzado con Bruselas. Pero los defensores acérrimos del brexit en el seno de su Partido Conservador reprochan a la jefa del gobierno haber hecho concesiones inaceptables a la Unión Europea.
“Sé que nos esperan días difíciles”, había reconocido May.
“Esta es una decisión que será intensamente escrutada, pero creo firmemente que es el mejor acuerdo que podía negociarse”, expresó.
Con las cuatro renuncias, la primera ministra vio su gabinete repentinamente sumido en el caos justo antes de iniciar la titánica tarea de defender el acuerdo de divorcio frente al Parlamento británico, donde cuenta con una frágil mayoría y una rebelión en sus propias filas.