La propuesta presupuestaria del presidente de Estados Unidos (EE UU), Donald Trump, para el año fiscal 2018 presentada el martes incluye un aumento de 4.700 millones de dólares (un 7,1 %) para el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por su sigla en inglés), centrados en las agencias migratorias y fronterizas.

El presupuesto para el DHS aumentaría así hasta los 70.692 millones de dólares respecto a los actuales 65.979 millones.

El documento propone un aumento del 21,6 % (2.913 millones más) respecto al año fiscal anterior para la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), que copa el 23,2 % del presupuesto total e incluye partidas para contratar más agentes para la Patrulla Fronteriza y para iniciar la construcción del muro con México.

La propuesta también incluye un aumento del 29,4 % (1.802 millones) para el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por su sigla en inglés), así como del 23,2 % (835 millones) para el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS, por su sigla en inglés).

De los 16.387 millones para la CBP, que lleva la mayor partido del DHS, el presupuesto contempla 1.600 para construir 32 millas (51,5 kilómetros) de muro en el sector del Valle del Río Grande (sur de Texas) y otras 28 millas (45 kilómetros) de valla en esa misma zona,

Otras 14 millas (22,5 kilómetros) de muro también se plantean en el sector de San Diego (California) que sustituirá la verja existente.

Esas son algunas de las zonas «con más detenciones» en toda la frontera sur y donde el muro «impedirá -según el DHS- el paso a traficantes de drogas y personas».

Otros 100 millones de dólares irán destinados a la contratación de 500 agentes fronterizos, 975 en mejoras tecnológicas y 109 en un sistema de inspección «no intrusivo» para detectar tráfico terrestre, marítimo o aéreo de drogas o armas.

Con respecto al ICE, el presupuesto contempla 2.700 millones de dólares (1.242 millones más) para mantener 48.879 plazas en centros de detención para adultos y 2.500 para centros de detención para familias.

El ICE dedicará 485 millones de dólares de su presupuesto para el transporte de población detenida, incluyendo deportaciones.

Otros 186 millones irán destinados a contratar 1.930 empleados, incluyendo 850 agentes migratorios, 150 investigadores y 125 abogados.

Las agencias del DHS más perjudicadas por la llegada al poder de Trump serían el Directorio de Ciencia y Tecnología, con una bajada del 18,7 % (144 millones menos); la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por su sigla en inglés) que pierde un 3,7 % (599 millones) y la Guardia Costera, con una caída del 2,4 % (267 millones).

Esta propuesta presupuestaria es más una declaración de intenciones políticas que un documento económico, ya que debe aprobarlo el Congreso, desde donde han surgido críticas tanto desde la bancada republicana como de la oposición demócrata, lo que le augura poco éxito.

Tanto el «número dos» de los republicanos en el Senado, John Cornyn, como el senador y ex candidato presidencial, John McCain, consideraron el presupuesto «muerto nada más llegar».


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