El tiroteo de la universidad de Umpqua (Roseburg, Oregón), en el que murieron nueve personas y el atacante y fueron heridas siete, ha reabierto en EE UU el debate sobre el fácil acceso a las armas de los ciudadanos. Las autoridades del Condado de Douglas confirmaron la identidad del tirador: Chris Harper Mercer, un joven de 26 años de edad que irrumpió ayer en el centro universitario, poco después de las 10:30 de la mañana, pertrechado con hasta media docena de armas, entre ellas un fusil de asalto. Mercer residía con su madre en un apartamento de Winchester (Oregón) desde 2013 y, según el Ejército de Tierra de EE UU, pasó por sus pruebas de acceso durante un mes en 2008, pero no cumplió los requisitos básicos necesarios. «El tirador puso a personas en fila y les preguntaba si eran cristianos. Si decían que sí, les disparaba en la cabeza. Si decían que no, les disparaba en las piernas», explicó un testigo al diario local Roseburg Beacon News. No obstante, el alguacil del Condado de Douglas, John Hanlin, indicó que intentan determinar si ese extremo es cierto y conocer más detalles sobre la motivación que llevó a este joven, descrito como una persona reservada, a disparar a sangre fría a al menos 16 personas. Aunque aún no se ha aclarado si el atacante se suicidó o fue abatido, como se informó en un principio, el caos y los tiros duraron algo menos de un cuarto de hora, lo que tardaron las fuerzas de policía en responder a las llamadas de pánico de los alumnos de este centro escolar, donde estudian unas 3.000 personas. La eficiencia y velocidad de respuesta de los servicios de emergencia estadounidenses es el único avance en lo que respecta a las medidas para atajar tiroteos en lugares públicos en Estados Unidos, que se producen con tanta frecuencia que en lo que va de año ya ha habido cerca de 300, más de uno por día. El presidente estadounidense, Barack Obama, fue ayer el primer político en criticar los «rutinarios» tiroteos y la falta de avances para mejorar los controles en el acceso de armas, algo a lo que se oponen legisladores de ambos partidos y la poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA). Según informó en una rueda de prensa la agente especial del Buró de Armas y Explosivos (ATF) Celinez Núñez, el atacante adquirió hasta 13 armas legalmente en los últimos tres años e ingresó en el campus pertrechado y armado hasta los dientes. Núñez detalló que los investigadores hallaron en el centro universitario cinco cargadores, seis armas, entre ellas un fusil, y otro tipo de munición, además de un chaleco antibalas. Asimismo, Mercer guardaba en su domicilio otras siete armas, lo que pone de relieve la facilidad con la que una persona puede acumular un arsenal en Estados Unidos sin que salten las alarmas. También se ha convertido común en la narrativa de estos tiroteos la historias de heroísmo, como la del veterano del Ejército Chris Mintz, que, según dijeron varios testigos, intentó defender a las víctimas y recibió hasta siete impactos de bala. Mintz, de 30 años de edad, bloqueó la puerta de su aula, por la que quería acceder el atacante, y fue acribillado a tiros, pese a lo cual sobrevivió y se recupera de sus graves heridas en un hospital. Varios precandidatos republicanos a la Presidencia coincidieron en apuntar que es imposible evitar este tipo de masacres, porque las personas con intención de matar siempre encontrarán la manera de hacerlo. En una entrevista con la cadena MSNBC, el favorito de las encuestas republicanas, el magnate Donal Trump, afirmó que «estas cosas van a seguir pasando y es algo horrible… Va a haber dificultades y va a haber personas que se escapen de nuestro control». El exgobernador de Arkansas Mike Huckabee, otro de los aspirantes republicanos a la nominación para las elecciones presidenciales de 2016, aseguró a CNN que, como en el caso de Tim McVeigh, el autor del ataque terrorista de Oklahoma de 1995 que causó 168 muertes, quien quiera matar encuentra el modo de hacerlo. La gobernadora del estado de Oregón, Kate Brown, señaló hoy que las autoridades deben trabajar «mejor para prevenir este tipo de tragedias», mientras que aseguró que las mejoras deben abordarse en diversos frentes, ya que no hay «una única solución». El senador por Oregón Ron Wyden, presente en una rueda de prensa conjunta con la gobernadora, aseguró que «no podemos encogernos de hombros y seguir igual» tras la tragedia. Wyden pidió un compromiso para hacer reformas que tenga en cuenta los «derechos y responsabilidades» de los propietarios de armas. Desde la muerte de 20 niños de corta edad en diciembre de 2012 en la escuela de primaria de Sandy Hook (Connecticut), Obama ha intentando promover mejores controles de acceso de armas de personas con problemas mentales y la limitación de cargadores de alta capacidad sin éxito. Estados Unidos tiene el récord de muertes por arma de fuego de los países avanzados. Entre 2004 y 2013, fallecieron 316.545 personas por arma de fuego en este país, según datos del Centro de Prevención de Enfermedades (CDC).


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