Las crisis políticas en Nicaragua y Venezuela estuvieron presentes ayer en el encuentro de cancilleres europeos, latinoamericanos y caribeños en Bruselas.

“Aunque la agenda de esta reunión de dos días para reforzar las relaciones aborda oficialmente el cambio climático, el comercio o el desarrollo sostenible, la situación en Nicaragua y en Venezuela estuvo presente en la mente de los participantes”, afirmó una fuente diplomática.

Los desencuentros con Venezuela obligaron precisamente a la presidencia pro témpore dela Celac, ejercida por El Salvador, a reemplazar la tercera cumbre de mandatarios de ambos bloques, prevista para octubre pasado en San Salvador, por la reunión ministerial.

Los países americanos reunidos en el Grupo de Lima, al que pertenecen Brasil, Argentina y Chile, entre otros, rechazó asistir a la cumbre, razón por la cual se escucharon reproches entre miembros del bloque latinoamericano.

El canciller venezolano, Jorge Arreaza, criticó que se adopten medidas unilaterales, en referencia a las sanciones impuestas por la UE a su país desde noviembre.

La crisis política, económica y humanitaria venezolana también se abordó en los márgenes del encuentro. El canciller español, Josep Borrell, expuso a Arreaza en una reunión bilateral su profunda preocupación por la situación en el país.

Poco antes, Borrell había subrayado además el cambio de actitud del nuevo Ejecutivo español, al asegurar que ya no abanderaría “las líneas duras de las sanciones cuando haya un problema en América Latina”.


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