La unión de las naciones caribeñas se mostró en la Organización de Estados Americanos (OEA) durante la discusión de la situación de Venezuela en la 29° reunión de consulta de Ministros de Relaciones Exteriores.

El canciller de Bahamas, Darren Henfield, fue el primer país representante de la Comunidad de Caribe (Caricom) y el que marcó la pauta de lo que serían las intervenciones de Jamaica, Santa Lucía, San Cristóbal y Nieves, Antigua y Barbuda, Trinidad y Tobago, y San Vicente y las Granadinas.

Henfield expresó que Caricom estaba convencida que la solución en Venezuela debía ser interna y a través de diálogo. Reconoció que en el país hay una situación difícil y que en los últimos ha habido muertos y muertos destrucción de la propiedad.  Reiteró que no debía haber intervención por parte de la OEA, pero que debían respetarse los derechos humanos y el Estado de Derecho.

La canciller jaimaquina Kamina Jonson Smith destacó que estaba preocupada por la escalada de violencia en Venezuela y destacó que la OEA era el mejor mecanismo regional para delinear las consultas políticas y diplomáticas como los diálogos para solucionar crisis.

Destacó que su país seguía alentando el diálogo en Venezuela y lamentó que la nación haya salido del organismo internacional, por lo que pedían reconsiderar esa decisión.

Aseveró que el deseo de su país era que Venezuela se comprometiera a un diálogo con el fin de lograr un acuerdo político integral con acciones establecidas y plazos definidos. Por lo que indicó que esa nación estaba dispuesta a estar dentro de un “grupo de amigos”.

La ministra de Relaciones Exteriores de Santa Lucía, Sarah Flood-Beaubrun, apoyó la posición de Caricom y destacó que existía preocupación por la violencia y los fallecidos en Venezuela. “Una sola muerte es demasiado”.

Expresó que deseaba que la reunión estuviera a la altura de las circunstancias y señaló que para lograr la paz se necesita una solución que pasa por redoblar esfuerzos para un diálogo.

Everson W. Hull, canciller de San Cristóbal y Nieve, avaló la declaración del Caricom y sostuvo la situación en Venezuela hacía necesaria la reunión ministerial.

Expresó que Venezuela se encontraba en una encrucijada desde hace meses y que había declaraciones que sugerían que el diálogo no servía, achacó estas al secretario general de la OEA, Luis Almagro. “Esto no ha sido autorizado por el Consejo Permanente”.

“Un enfoque más conciliatorio ha surgido y reconoce la importancia del diálogo, nuestro gobierno prefiere usar este último”, dijo.

Pidió el cese de la violencia y de las hostilidades para todas las partes.

El represente permanente de Antigua y Barbuda en la OEA, Ronald Sander, recordó que su país no estuvo de acuerdo con la reunión de ministros y mencionó que habían presentado un borrador de declaración en nombre de Caricom.

Reiteró que su país estaba dispuesto a brindar la asistencia que pudiera ser solicitada para resolver lo que consideró como un “impasse político” que ha exacerbado las dificultades económicas. Aseveró que en el pueblo venezolano estaba la solución a sus problemas.

El representante de Trinidad y Tobago en la OEA, Anthony W.J. Phillips-Spencer, reiteró su apoyo a la posición de Caricom y su solidaridad con Venezuela. Apuntó que debía respetarse la sobernaría y la no injerencia en los asuntos internos venezolanos.

Trinidad y Tobago expresó que por su cercanía con Venezuela no tenían la autoridad para inmiscuirse en los asuntos de Venezuela.

Lou-Anne Gilchrist, representante de San Vicente y las Granadinas, reiteró su apoyo a la posición de Caricom para construir un consenso.


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