Nicolás Maduro aseguró que este sábado sería el día en que Venezuela «se liberaría» de la Organización de Estados Americanos, pero Juan Guaidó, presidente interino de Venezula, ha impuesto su presencia en el organismo, en un movimiento que le otorga poder para influir en el destino del continente americano.

Gustavo Tarre, representante designado por Guaidó ante la OEA, ocupa el asiento de Venezuela desde mediados de abril y ya puede participar activamente en el organismo con su voto.

«Esto sirve para aumentar la legitimidad internacional. Cada día Maduro está más solo», dijo Tarre, quien el pasado 9 de abril recibió el apoyo del Consejo Permanente de la OEA para convertirse en representante permanente por designación de la Asamblea Nacional.

Dirigiéndose al resto de embajadores, Tarre expresó: «Observarán ustedes un cambio sustancial en la posición de nuestro país, de un vergonzoso apoyo a la dictadura de la familia Ortega, vamos a pasar a un fraterno y solidario respaldo a la lucha del pueblo de Nicaragua para restablecer la democracia».

Tarre adelantó que una de sus prioridades será el «regreso» de Venezuela al Sistema Interamericano de Derechos, cuyos pilares son la propia OEA, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Corte IDH, con sede en San José (Costa Rica).

En el año 2012, el entonces presidente venezolano Hugo Chávez (1999-2013) denunció la Convención Americana de Derechos Humanos y sacó a Venezuela de la jurisdicción de la Corte IDH.

Venezuela se convirtió en el primer país en solicitar su salida de la OEA en 2017, al denunciar su carta fundacional firmada en Bogotá en 1948, un proceso que cumplía hoy.

Técnicamente, de acuerdo con el reglamento del organismo, cualquier país que denuncia la Carta de la OEA puede retirarse cuando se cumplen dos años de ese acto, pero solo si está al día en el pago de sus deudas, que en el caso de Venezuela ascienden a 12 millones de dólares.

Maduro no pagó esa deuda, pero los representantes de Guaidó han asegurado que la asumirán para permanecer en el mecanismo panamericano, por lo que de facto Venezuela sigue dentro.

Luis Almagro, secretario general de la OEA, recordó que la salida de Venezuela se frenó poco después de que el 23 de enero Guaidó invocara unos artículos de la Constitución de Venezuela para reclamar que, como jefe del Parlamento, debía ser presidente de manera interina.

«Venezuela tiene hoy un gobierno democrático de transición y ha suspendido el trámite de denuncia de la carta de Bogotá y retiro de la organización que había empezado el gobierno anterior, que fue declarado ilegítimo. Por lo tanto, Venezuela sigue sentada ahí con Gustavo Tarre», expresó Almagro.

El 9 de abril, el secretario de Asuntos Jurídicos de la OEA, Jean Michel Arrighi, recordó que solo se han dado situaciones parecidas en dos ocasiones: durante el golpe de Estado de Haití en 1991 y, en Panamá, cuando salió del poder el entones presidente Manuel Noriega (1983-1989) y entró Guillermo Endara (1989-1994).

En el caso de Haití, la OEA condenó el golpe de Estado, respaldó al presidente Jean-Bertrand Aristide y nunca apoyó a la junta militar, que acabó colapsando en 1994.

La organización multilateral condenó la polémica intervención militar de Estados Unidos en Panamá en diciembre de 1989, que acabó con el régimen del general Noriega, sucedido por Endara.

En el caso actual de Venezuela, de momento Guaidó ha conseguido colocar a sus representantes en dos organismos: la OEA y el Banco Interamericano de Desarrollo, que el 15 de marzo reconoció como gobernador del país al economista Ricardo Hausmann, ex ministro del segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez (1989-1993).

Es el reflejo de una lucha de Juan Guaidó por lograr legitimidad en el ámbito internacional y que, en el caso de la OEA, le otorga poder efectivo para definir el rumbo del continente americano. 


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!