El gobierno británico mantuvo este martes contactos con sus principales aliados internacionales para recabar su apoyo en relación al caso del envenenamiento del doble espía Serguéi Skripal, mientras prepara una batería de medidas que aplicará si Rusia no ofrece una explicación convincente sobre ese ataque.

La primera ministra, la conservadora Theresa May, ha establecido la medianoche de este martes como plazo máximo para que el Kremlin aclare cómo un agente nervioso militar de fabricación rusa envenenó el pasado día 4 en suelo británico a Skripal y su hija Yulia, ambos en estado crítico.

Moscú, por su parte, ya ha sugerido que no cumplirá ese requerimiento y solo responderá a la acusación de estar detrás del intento de asesinato si el Reino Unido le proporciona una muestra de la sustancia que supuestamente se utilizó, algo que Londres considera que no está obligado a hacer.

En medio del incremento de tensión entre ambos Gobiernos, la primera ministra británica conversó este martes por teléfono con socios internacionales como el presidente de Estados Unidos, Donald Trump; la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron.

Todos ellos expresaron su respaldo a May, que ha convocado mañana al Consejo de Seguridad Nacional del Reino Unido, que reúne a ministros y responsables de agencias de seguridad y defensa, para evaluar sus siguientes pasos.

La primera ministra ha indicado que prepara un «amplio rango» de medidas contra Rusia, que según un alto cargo del Partido Conservador podrían incluir la congelación de activos de ciudadanos rusos y vetos a ciertos visados.


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