El Parlamento panameño aprobó este martes un proyecto de ley que busca proteger la medicina ancestral de los pueblos indígenas y promover el respeto por estas prácticas.La ley, que debe ser sancionada por la Presidencia, establece un régimen especial con estos fines y crea una serie de garantías que corresponden al Estado, con la participación de los congresos, consejos o autoridades tradiciones indígenas en sus distintos niveles, informó la Asamblea Nacional.La proponente del proyecto, la diputada Crescencia Pardo, aseguró hoy en el Congreso que la medicina tradicional es en algunos sectores del país el pilar principal de los servicios de salud, y que se encuentra amenazada por flagelos como la deforestación de los bosques y la expansión de otros estilos de vida.El congresista Mario Miller coincidió en que en lugares apartados son los botánicos y los conocedores de la medicina ancestral los que «salvan vidas», aunque el Estado tiene el deber de garantizar la salud.En Panamá hay cerca de 400.000 indígenas (11 % de la población), que se agrupan en siete principales etnias: Emberá, Wounaán, Kuna, Ngäbe, Buglé, Naso y Bri-Bri.


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