El Vaticano prohibió participar en toda liturgia pública al obispo estadounidense Michael Bransfield, que renunció en 2018 tras acusaciones de acoso sexual a adultos, anunció el portal Vatican News.

Bransfield ya no podrá residir en su antigua diócesis, ni participar en celebraciones liturgias públicas, en cualquier lugar en el que esté, y deberá corregirse públicamente por el mal que causó, indica Vatican News, que cita un comunicado de la nunciatura apostólica de Estados Unidos.

Con esa sanción contra el ex obispo de Wheeling-Charleston, “el papa Francisco continúa con su línea de firmeza con el episcopado estadounidense”, agrega el portal del Vaticano. Será el futuro obispo de esa diócesis de Virgina Occidental “quien deberá decidir de manera concreta el tipo de acciones que podría realizar su predecesor para reparar sus faltas, en coordinación con la Santa Sede”, precisa Vatican News.

En febrero pasado, el Papa secularizó al cardenal estadounidense Theodore McCarrick, acusado de abusos sexuales a menores y jóvenes.

Sacudida por escándalos de pederastia, la Iglesia católica en Estados Unidos acaba de reforzar el sistema para alertar sobre abusos sexuales que abarcará también a la jerarquía religiosa, en sintonía con las recientes decisiones del Papa.

Reunidos en junio en Baltimore, los 22 miembros de la Conferencia de Obispos Estadounidenses aprobaron por gran mayoría el cambio de la ley canónica anunciado en mayo por el Papa, que obliga al clero a alertar de los abusos al Vaticano. Hasta el momento, las investigaciones internas eran supervisadas por los obispos que denunciaban los casos según su consciencia.


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