El papa Francisco manifestó ayer su dolor y vergüenza por el daño irreparable causado a los niños por parte de ministros de la Iglesia durante su primer discurso en su visita a Chile.

«No puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia», dijo el pontífice en medio de fuertes aplausos en el Palacio de La Moneda, donde fue recibido por la presidente, Michelle Bachelet.

«Es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas, al mismo tiempo que hemos de empeñarnos para que no se vuelva a repetir», dijo Francisco, bajo una fuerte presión de las organizaciones civiles para que la Iglesia actúe y destierre esta lacra que tantas víctimas ha causado.

Para los afectados, pedir perdón no es suficiente. «Necesitamos actos concretos que el Papa no toma en la Iglesia chilena contra los abusadores», dijo ala AFP Juan Carlos Claret, vocero de la asociación de laicos de Osorno, que lucha para que se expulse al obispo Juan Barros, señalado como encubridor del caso Karadima. Barros concelebró la eucaristía con el pontífice en el Parque O’Higgins, desatando la ira en las redes sociales. «El Papa pide perdón, pero el encubridor de Karadima está en la misa, mientras que a las víctimas no las quiso recibir», dice Víctor Pacheco en un tuit. «Si el Papa se va de Chile sin el compromiso de investigar la complicidad de los líderes de la Iglesia, la desconfianza en la Iglesia se va a agudizar», dijo Anne Barrett Doyle, codirectora de BishopAccountability en un comunicado.

Cerca de medio centenar de personas fueron detenidas en las protestas que se realizaron a la entrada de la multitudinaria misa contra los abusos de curas pederastas y el gasto que genera para el Estado la visita papal. Las manifestaciones se dieron durante la celebración que reunió a 400.000 personas, entre los que se destacaban muchos venezolanos, argentinos, uruguayos y colombianos, quienes entonaron cánticos de bienvenida y agitaron banderines del Vaticano.

La llegada del Papa al país más crítico con la Iglesia católica de América Latina ha causado tensión. Durante su visita se han registrado tres ataques contra templos en una comuna de Santiago y en La Araucanía que se suman a otros cinco ocurridos el fin de semana pasado atribuidos por la policía a grupos anarquistas.

Mientras, Francisco ha mencionado otros temas que le preocupan, como son los indígenas, los inmigrantes y los jóvenes. Pidió escuchar a los pueblos originarios y respetar sus derechos y su cultura, así como escuchar a los inmigrantes que «llaman a las puertas de este país en busca de mejora, y a su vez, con la fuerza y la esperanza de querer construir un futuro mejor para todos».


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