En su último día de su visita a Estados Unidos, el papa Francisco se reunió ayer con un grupo de víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes, y posteriormente conversó con los reos de una cárcel en Filadelfia.La reunión con tres hombres y dos mujeres víctimas de abusos tuvo lugar en el seminario de San Carlos Borromeo, donde luego dijo a los obispos del mundo que ?Dios llora por las víctimas de los abusos?.El papa agregó que el abuso ?ya no puede quedar en el silencio?, y ofreció investigar los casos similares, así como proteger celosamente a la gente joven y pedir cuentas a los responsables.La reunión con los sobrevivientes del abuso no estaba incluida en la agenda original; sin embargo, sirvió para profundizar el discurso sobre la familia, el matrimonio y la labor pastoral efectiva de los sacerdotes.Posteriormente, el papa viajó hasta el centro correccional Curran-Fromhold, donde se reunió con 95 presidiarios y sus familias, a quienes llevó un mensaje de esperanza y redención. Francisco, que no cree en la pena de muerte, subrayó que es tarea de la sociedad acompañar a los presos en su rehabilitación.?Vivir significa enlodarse en el camino. Todos necesitamos ser purificados, ser lavados. Yo el primero?, les dijo a los reos. ?Jesús quiere limpiarnos del polvo que se fue impregnando por los caminos, y nos dice: Si no te lavo los pies no podré darte la vida?, añadió.Para finalizar su gira y regresar a Roma, el pontífice ofició la última misa en el bulevar Benjamin Franklin, en Filadelfia. Las autoridades afirmaron que asistieron alrededor de 1 millón de personas.


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