El papa Francisco llegó a Panamá para participar en la Jornada Mundial de la Juventud, que ha congregado a decenas de miles de peregrinos en el país centroamericano, a los que el pontífice les hablará de migración, violencia y ecología, entre otros temas.

El Airbus A330 de la compañía italiana Alitalia llegó a la nueva terminal dos del aeropuerto internacional de Tocumen a las 4:15 pm, donde fue recibido por el presidente panameño, Juan Carlos Varela, y su esposa y primera dama, Lorena Castillo.

Apenas se asomó a la puerta del avión, casi 20 minutos después del aterrizaje, Francisco se quitó el solideo debido a la fuerte brisa que soplaba en Tocumen y comenzó a bajar las escaleras, a cuyo pie le esperaba la pareja presidencial panameña.

Los tres caminaron de inmediato por una alfombra roja, mientras sonaba el himno de la Jornada Mundial de la Juventud, hasta una carpa blanca, donde escucharon los himnos del Vaticano y el de Panamá y el sumo pontífice fue saludado por ministros del gobierno panameño y obispos. El Papa se detuvo unos minutos para observar la presentación de unos niños y jóvenes que bailaban música típica panameña, mientras conversaba alegremente con el presidente.

Cuando parecía que iba a tomar el auto blindado en el que se iba a trasladar hasta la ciudad capital, se desvió y se acercó a los invitados especiales ubicados en un lado de la pista. Francisco besó al menos a dos bebés que estaban entre el público, entre ellos uno que cargó el presidente Varela para poder acercárselo.

Francisco espera traer un mensaje de alivio a la juventud forzada a migrar por las crisis económicas y políticas. Antes de iniciar su vuelo, el pontífice se reunió con ocho jóvenes refugiados.

“Es el miedo lo que nos vuelve locos”, dijo Francisco cuando un periodista calificó de locura la promesa del presidente de Estados Unidos de construir un muro en la frontera con México.

Miles de peregrinos, cubiertos de banderas, lo esperaban en Ciudad de Panamá. “Quisiéramos que existieran más fronteras de amor, de paz, de amistad. El papa Francisco quiere que, en lugar de crear muros, abramos caminos”, dijo Carlos Gil, un joven salvadoreño.

Esta es la segunda visita de un Papa a Panamá, después de la de Juan Pablo II en 1983, y la primera de Francisco a este país, al que han llegado miles de peregrinos para participar en la Jornada Mundial de la Juventud.

«Es una Jornada Mundial de la Juventud no solo de Panamá sino de toda Centroamérica, donde los jóvenes están sufriendo mucho. En este sentido, el mensaje del Papa para los jóvenes no solo es para los panameños, sino también para todos los pueblos de la región», manifestó el director interino de la oficina de prensa del Vaticano, Alessandro Gisotti.


“Quisiéramos que existieran más fronteras de amor, de paz, de amistad. El papa Francisco quiere que, en lugar de crear muros, abramos caminos”

Carlos Gil

Joven salvadoreño


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