El papa Francisco expresó su deseo de que, luego de la restauración, la catedral de Notre Dame pueda volver a ser patrimonio arquitectónico y espiritual de París, Francia y la humanidad.

«Espero que la catedral de Notre Dame pueda volver a ser, gracias al trabajo de la reconstrucción y la movilización de todos, ese hermoso espacio en el corazón de la ciudad, signo de la fe de quienes la construyeron, iglesia madre de su diócesis, patrimonio arquitectónico y espiritual de París, Francia y la humanidad», escribió Francisco en un mensaje enviado al arzobispo de París, Michel Aupetit.

Durante la tarde, el pontífice mantuvo una conversación telefónica con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y le expresó su solidaridad con la población francesa, confirmó el portavoz interino de la Santa Sede, Alessandro Gisotti.

El presidente del Pontificio Consejo de la Cultura, el cardenal Gianfranco Ravasi, señaló que la Santa Sede aún no ha estudiado su posible colaboración en la reestructuración de la catedral parisina, pero adelantó que podría ofrecer, sobre todo, apoyo técnico debido a su experiencia en restauraciones en el Museo Vaticano.

Ravasi recordó que Francia tiene las capacidades económicas para afrontar una restauración y que Notre Dame es de propiedad estatal y se pagaba por entrar. 

En la carta, el Papa se une a la tristeza que en estos momentos sienten los fieles parisinos, pero también a la de todos los habitantes de París y a los franceses y destaca el hecho de que el incendio haya ocurrido en días santos.

«Este desastre dañó seriamente un edificio histórico, pero soy consciente de que también ha afectado a un símbolo nacional muy querido por los corazones de los parisinos y de los franceses más allá de sus convicciones», señaló Francisco.

El Papa agregó que «Notre Dame es la joya arquitectónica de una memoria colectiva, el lugar de reunión para muchos eventos importantes, el testimonio de fe y la oración de los católicos en la ciudad».

Francisco alabó el valor y el trabajo de los bomberos que colaboraron para apagar el fuego. Evocó la bendición de Dios para los habitantes de París y de todos los franceses.

El portavoz interino del Vaticano, Gisotti, ya comunicó la cercanía del pontífice a Francia y que estaba rezando por los católicos franceses, los parisinos y por aquellos que están haciendo frente al dramático incendio de la catedral de Notre Dame.

Mientras las llamas devoraban parte de la cubierta y la aguja de este templo, el monumento más visitado en Francia, símbolo de la historia del país y una de las obras maestras del arte gótico con sus más de 800 años de historia, el Vaticano expresó su «tristeza e incredulidad».


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