El papa Francisco beatificó este viernes, 7 de septiembre del 2017, al obispo Jesús Emilio Jaramillo y al sacerdote Pedro María Ramírez, muertos en diferentes circunstancias de la violencia política colombiana.

Durante una misa en la ciudad de Villavicencio (centro), capital de una región muy golpeada por el conflicto, el Papa ofició una ceremonia de beatificación, con cantos y arpas, durante una misa a cielo abierto ante cientos de miles de feligreses.

El obispo Jaramillo murió el 2 de octubre de 1989 a manos del ELN -una guerrilla inspirada en la corriente católica de la Teología de la Liberación-, que le recriminaba su cercanía con los militares.

Pablo Beltrán, jefe negociador en los diálogos de paz con el gobierno, describió su muerte como un “error” y pidió “perdón”.

Ramírez murió el 10 de abril del 1948, un día después del asesinato del dirigente liberal Jorge Eliécer Gaitán. El cura recibió un machetazo a manos de los seguidores de Gaitán, que acusaban a la Iglesia de aliarse con sus adversarios conservadores y azuzar la muerte de los liberales desde los púlpitos.

En la homilía, Francisco dijo que los dos religiosos asesinados simbolizan “la expresión de un pueblo que quiere salir del pantano de la violencia y el rencor”.


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