La inclusión de las mujeres en la política ha tenido avances sustanciales en las dos últimas décadas en América Latina y el Caribe, pero aún no pueden acceder a una carrera política en las mismas condiciones que los hombres debido en parte a que los partidos son aún «sexistas» en la región. Esta posición fue expresada por la directora regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, la brasileña Luiza Carvalho, en una entrevista con Efe en La Paz, a donde arribó para participar este martes y miércoles en un seminario sobre la profundización de la democracia paritaria en Latinoamérica. «Los partidos son muy sexistas en toda América Latina y el Caribe, todavía discriminan mucho en relación a la mujer y el hombre», sostuvo Carvalho. Citó estudios realizados por ONU Mujeres que señalan que la forma en que las mujeres llegan a la política es sobre todo a través de los movimientos sociales, estudiantiles o gremios, mientras que los hombres tienen una trayectoria «predominantemente familiar» que les permite tener un espacio más «amplio y asegurado» en los partidos. «No basta que ella demuestre toda su capacidad como política, aún así en términos de su trayectoria, la mujer no tiene las alianzas ni las redes que la conecten con recursos necesarios para financiación de sus candidaturas. En términos de los partidos también hay una nítida preferencia por candidaturas masculinas», añadió. Otra dificultad para las féminas es que sobre sus espaldas recae la responsabilidad de la «gestación y crianza de una familia», por lo que ingresa en la política siendo muy joven y sin hijos, o cuando sus dependientes ya tienen autonomía. Carvalho indicó que en el segundo caso se genera un «déficit» en la carrera de la mujer, ya que tuvo que ausentarse de la política por un tiempo para cuidar de su familia. «Mientras que en el caso de los hombres no hay ninguna interrupción de naturaleza provocada por cuestiones de reproducción o responsabilidades familiares», agregó. Según Carvalho, los avances en cuanto a la participación de las mujeres en la política son mucho más acentuados en los niveles nacionales, pero el porcentaje disminuye en los departamentales y municipales (13 %, según datos de ONU Mujeres). Esto se debe en parte al enorme «peso del acoso político, sexual y moral, y la ausencia de sistemas de protección» para las mujeres, lo que fue reflejado en otro estudio de ONU Mujeres. «Las alcaldesas vienen y tienen muchas veces gestiones y mandatos brillantes pero no consideran el volverse a postular porque el costo de la carrera política para una mujer es muy alto», afirmó Carvalho. Al respecto, la representante de ONU Mujeres en Bolivia, Carolina Taborga, dijo a Efe que en la medida en que «hay más mujeres presentándose como candidatas y siendo electas» hay también un mayor nivel de acoso y violencia expresada de distintas formas. Recordó que Bolivia cuenta con una ley contra el acoso político y llamó la atención sobre las múltiples dificultades para su aplicación plena. Con todo, Carvalho destacó los avances registrados en la región, que está solamente por debajo de los países nórdicos en cuanto a la participación de mujeres en el Legislativo, con un 26,4 % de parlamentarias, cuatro puntos por encima de Europa. Resaltó a Bolivia que junto con Ruanda son los únicos países en el mundo con paridad en sus parlamentos, además de los casos de México, Cuba, Ecuador y Nicaragua, donde la participación de las mujeres en el Legislativo está por encima del 40 %. Mencionó, además, el trabajo «fenomenal» de los organismos electorales regionales para promover la aplicación de cuotas de hombres y mujeres para las candidaturas y la democracia paritaria. Estas instituciones «han trabajado muy fuertemente en las leyes, en los parámetros para la definición de estas listas y en el fortalecimiento de las candidaturas femeninas», además de mecanismos de evaluación de la situación de las candidatas en cuanto al acoso. Carvalho y Taborga destacaron que mientras en otros continentes aún se discute la posibilidad de adoptar cuotas para garantizar las candidaturas femeninas, en América Latina los esfuerzos se concentran ahora en torno a la paridad. En noviembre pasado, el Parlamento Latino aprobó la Norma Marco de Democracia Paritaria, que define la paridad como «el fin al que deben aspirar los poderes públicos para lograr una representación equilibrada entre hombres y mujeres en todos los procesos decisorios» y que debe llegar también al sector privado y «la sociedad en su conjunto». Las experiencias regionales sobre la aplicación de la democracia paritaria, con acento especial en el caso boliviano, centrarán los análisis del seminario en La Paz, organizado por ONU Mujeres y el Tribunal Supremo Electoral de Bolivia.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!