“La situación en Masaya es muy tensa”, señaló el abogado José Miguel Martínez Rojas, y promotor de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos.

Indicó que el ataque de fuerzas combinadas de la policía y grupos paramilitares a los municipios de Diriá, Diriomo, Niquinohomo, Catarina y especialmente el barrio indígena de Monimbó puede repetirse en cualquier momento.

La arremetida del domingo ocasionó 12 muertes: 6 civiles que formaban parte de la protesta y 6 oficiales que fueron emboscados en Monimbó. “Primero trataron de entrar por el este, y el arzobispo de Managua, cardenal Leopoldo Brenes, habló con las autoridades y lo impidió. Pero ayer trataron de incursionar de nuevo por la parte este, donde hay varios barrios, una acción imprudente, y fueron emboscados por los manifestantes que se defendieron con armas artesanales”, explicó Martínez.

Dijo que en el departamento hay tensión y zozobra: “Las consecuencias reales de la acción de ayer es que hace unas horas el subdirector general de la Policía Nacional, comisionado Ramón Avellán, que está a cargo de Masaya, dijo que el presidente de la República dio la orden de que limpien Masaya cueste lo que cueste. Puede ocurrir una masacre de proporciones indescriptibles porque en Monimbó habitan alrededor de 2.000 personas”.

Señaló que el viernes próximo la revolución sandinista celebra el 39° aniversario de su triunfo, lo que puede hacer que se precipiten las cosas. “El presidente pretende eliminar la protesta para poder hacer la celebración sin contratiempos”, recalcó.

Monimbó es un lugar de mucho significado para el sandinismo porque sus habitantes fueron los primeros que se rebelaron en 1979 contra el dictador Anastasio Somoza. “Siempre ha sido bastión del partido de gobierno, pero al matar a hijos de combatientes el pueblo se alzó”, contó Martínez.

“Nosotros aspiramos a que el gobierno entre en razón y no ataque. Hoy hablamos con el obispo auxiliar Silvio Báez y con el arzobispo de Managua. Ellos mismos ya han conversado con el presidente Daniel Ortega, pero parece que la decisión es irrevocable”, subrayó.

Danilo Martínez, delegado en Masaya de la Anpdh, confirmó que las fuerzas del gobierno no han podido entrar en Monimbó: “Estamos vivos y eso ya es bastante”.

Protesta. Cientos de universitarios marcharon ayer por Managua para exigir la salida de Ortega. “¡Aunque nos maten y nos repriman vamos a seguir en esta lucha hasta que se vaya”, corearon en la marcha. Demandaron justicia por sus compañeros muertos.

La manifestación partió de las inmediaciones de la Universidad Centroamericana, en el sureste de la capital, donde los estudiantes cantaron y bailaron al son de canciones testimoniales modernas arregladas al ritmo del rap.

El sábado la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua y la iglesia de la Divina Misericordia, donde se refugiaron algunos estudiantes, fueron asediadas durante 20 horas por grupos leales al gobierno. En el hecho hubo 2 muertos.

La Iglesia católica denunció ayer una nueva agresión en su contra, luego de que desconocidos incendiaran la sede de Cáritas,

Los reclamos contra el gobierno se iniciaron por una reforma al sistema de pensiones, que luego fue derogada, pero se transformaron en una demanda de salida del poder de Ortega. La crisis ha dejado más de 351 muertos en las protestas.


Denunciaron el asesinato de 18 campesinos

El Movimiento Campesino de Nicaragua denunció el asesinato de 18 de sus miembros en un ataque armado en la zona central del país, del que responsabilizaron el presidente Daniel Ortega. “Queremos hacer la denuncia, que hay más de 18 asesinados en Chontales, al lado de San Pedro de Lóvago, y que nadie ha dicho nada”, informó el Movimiento Campesino.

La agresión ocurrió a pesar de que el grupo llegó a un acuerdo con el gobierno de abandonar los bloqueos de vías, a cambio de la libertad del líder campesino Medardo Mairena, acusado de dirigir supuestos actos de terrorismo. Entre las víctimas mortales está un hermano del dirigente, Gabriel Mairena, quien recibió un balazo en el pecho durante la emboscada, según los campesinos.

Los cuerpos de los campesinos se mantienen en la zona, aproximadamente a 200 kilómetros al este de Managua, y todavía no han podido ser recuperados, por temor a otro ataque.

El secretario general de la ONU, António Guterres, consideró inaceptable el uso de fuerza letal y reclamó al gobierno que garantice la protección de los ciudadanos. “El secretario general deplora y condena la violencia contra civiles, incluida contra estudiantes”, dijo su portavoz, Farhan Haq.


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