Corea del Norte probó este domingo una bomba de hidrógeno y aseguró que puede ser instalada en uno de sus misiles balísticos intercontinentales (ICBM), según anunció la televisión estatal norcoreana KCTV.

El nuevo ensayo atómico se llevó a cabo con un artefacto cargable en los misiles balísticos intercontinentales que ha desarrollado Pyongyang, señaló el medio estatal después de que un fuerte terremoto de origen artificial fuera detectado cerca de la base norcoreana de pruebas nucleares de Punggye-ri.

«El test fue realizado con una bomba que tiene un poder sin precedentes», señaló la locutora Ri Chun-hee, la encargada de dar las noticias más importantes para el régimen, quien añadió que el ensayo tuvo «dos fases» y que no se ha producido «ninguna fuga de materiales radiactivos ni impacto adverso en el medio ambiente».

El nuevo ensayo armamentístico norcoreano fue ejecutado por orden directa del líder Kim Jong-un, según la KCTV, que mostró fotografías del mandatario en su despacho y sus habituales imágenes propagandísticas sobre anteriores lanzamientos de misiles.

La prueba «tenía como objetivo examinar y confirmar la precisión y credibilidad de la tecnología de control de la potencia nuclear, así como del nuevo diseño y estructura internos para manufacturar bombas H instalables en ICBMs», añadió la agencia estatal KCNA.

La potencia de la detonación detectada hoy por los organismos geológicos de países vecinos indica que se trató de un ensayo mucho más potente que los cinco anteriores ejecutados por el régimen.

En su penúltimo ensayo de este tipo, llevado a cabo en enero de 2016, Pyongyang ya afirmó que se trataba de una bomba de hidrógeno, aunque análisis posteriores apuntaron a que se trataba de un artefacto menos potente que una bomba H.


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