En plena etapa de distensión, Corea del Norte celebró el aniversario del nacimiento del fundador del país, Kim Il-sung, sin desfiles militares ni alusiones a sus programas nuclear y balístico, mientras que sí escenificó su renovado acercamiento con China.

Como cada año, el país se volcó en las celebraciones del conocido como “Día del Sol”, la festividad más importante del país, pero los fastos se limitaron a festivales artísticos, eventos deportivos y ofrendas florales.

En 2016 el régimen realizó el 15 de abril un ensayo de misiles y en 2017 en esa misma fecha celebró un espectacular desfile militar en el que mostró al mundo su arsenal de misiles.

El país se prepara para la celebración de dos históricas cumbres con Corea del Sur y Estados Unidos, en la decoración propagandística, y evitó este año incluir las referencias a los arsenales nuclear y de misiles, como en otras ocasiones, según informaciones de agencias extranjeras en Pyongyang.

Las reuniones en las próximas semanas entre Kim y los presidentes de Corea del Sur y Estados Unidos, Moon Jae-in y Donald Trump, respectivamente, se centraran en la desnuclearización de la península de Corea, después de una etapa de elevada tensión entre el régimen y la comunidad internacional.

Los medios estatales no tocaron ningún tema espinoso con su propaganda y apostaron por dar una amplia cobertura a la visita de la delegación de Pekín al país. Tokio le pidió a la comisión que dé pasos para desnuclearizar la península.


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