Tras el llamado a tres días continuos de protestas, miles de nicaragüenses marcharon ayer en Managua para expresar su rechazo al gobierno del presidente Daniel Ortega, al que acusan de instaurar una dictadura junto con su esposa y vicepresidente, Rosario Murillo.

“Ni un paso atrás, justicia, el pueblo unido jamás será vencido”, coreaban los manifestantes, que formaron una enorme mancha azul y blanca, colores de la bandera nacional, mientras avanzaban sin incidentes por la ruta de4,4 kilómetros hacia la emblemática redoma Jean Paul Genie, sobre la carretera a Masaya, en el sureste de Managua.

La caminata “Juntos somos un volcán” fue convocada por grupos de oposición en repudio al gobierno de Ortega, y es la sexta que se lleva a cabo desde que empezaron los reclamos el 18 de abril.

Algunos asistentes, principalmente jóvenes, llegaron con el rostro cubierto con pañoletas de la bandera de Nicaragua por temor a ser denunciados en sus vecindarios por activistas del Frente Sandinista.

“Queremos que este gobierno se vaya. Lo que queremos es libertad y democracia. Tenemos 11 años de estarlos aguantando. El pueblo ya se cansó”, afirmó un hombre de 40 años de edad con una enorme bandera y el rostro cubierto.

“Estoy aquí porque soy madre y me duelen los jóvenes que han muerto en la lucha contra este hombre que no tiene piedad. Pido que se vaya”, expresó Rosa Martínez.

“Aquí estamos en busca de sacar a la tiranía que nos oprime y ahora nos está quitando la vida”, señaló René Ortega, contador de 62 años de edad.

Hoy comienza el segundo día de protesta continua con un paro nacional de actividades, el segundo tras el realizado el 14 de junio pasado, cuando las calles y lugares públicos permanecieron casi totalmente vacíos.

El Consejo Superior de la Empresa Privada llamó a sus agremiados a sumarse con fuerza y unidad al paro nacional de 24 horas para reclamar justicia y democracia.

El paro nacional es visto por la población como un arma efectiva contra los presidentes que identifican como dictadores, ya que una protesta similar que duró poco más de un mes ayudó a la caída del dictador Anastasio Somoza Debayle, en 1979.

Los tres días de reclamos masivos culminarán mañana con una caravana de automóviles que lucirán la bandera azul y blanco, y transitarán por los barrios de cada ciudad del país.

Las manifestaciones se iniciaron un día después de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos denunció ante el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos el aumento de la intensidad de la represión del gobierno de Ortega contra los participantes, y de que el secretario general de esa organización, Luis Almagro, llamó al gobierno de Ortega a cesar la violencia en las manifestaciones.

EL DATO

El secretario general de la ONU, António Guterres, llamó a los nicaragüenses a detener la violencia y apostar por el diálogo con el fin de lograr un nuevo consenso para resolver el conflicto.

“Confiamos en que los nicaragüenses serán capaces de encontrar una salida a esta crisis”, dijo Guterres en una rueda de prensa. Advirtió que la población está sufriendo enormemente y defendió que el país se beneficiaría de un nuevo consenso.

En cuanto a la respuesta de la ONU a la situación, Guterres recordó que la organización ha estado promoviendo de forma consistente el fin de la violencia, y dijo que está colaborando con la Organización de Estados Americanos.


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