La muerte de una de las tres supervivientes del accidente aéreo ocurrido el viernes en La Habana elevó este martes a 111 las víctimas del siniestro, mientras prosiguen las pesquisas sobre las causas por las que se estrelló el Boeing 737 de la aerolínea mexicana Global Air.

Grettel Landrove, de 23 años, fue rescatada con vida junto a otras dos mujeres cubanas y durante tres días se debatió entre la vida y la muerte en el hospital Calixto García de la capital, en estado crítico extremo con pronóstico desfavorable debido al severo daño neurológico que presentaba, según los médicos.

Landrove, originaria de Holguín y residente en La Habana, era bailarina de la compañía de danza española Ecos, una pasión que compaginaba con sus estudios de sexto año en la carrera de Ingeniería Industrial en la Universidad Tecnológica de La Habana.

Las dos supervivientes que permanecen internadas en el Calixto García son Maylén Díaz, de 19 años, y Emiley Sánchez, de 39, ambas en estado crítico extremo, aunque es la segunda la que más preocupa a los médicos por las serias quemaduras que cubren 41% de su cuerpo.

La investigación, mientras, sigue su curso dirigida por las autoridades cubanas con la colaboración de expertos de México, país de origen de la compañía propietaria del aparato siniestrado, a los que se esperaba que se sumaran en breve peritos de las aseguradoras procedentes de Europa y representantes de Boeing provenientes de Estados Unidos.
Las pesquisas están centradas en recuperar los restos de la aeronave y en la búsqueda de la segunda de las cajas negras, pues la primera, que registra el sonido en la cabina de mando, fue hallada horas después del accidente, aunque no se ha difundido su contenido.

El vuelo DMJ-972 se estrelló en una zona de cultivos a un kilómetro del aeropuerto de La Habana, de donde había despegado minutos antes.

Las principales novedades llegaron desde México, cuyas autoridades suspendieron de forma temporal las operaciones de Global Air, mientras se investiga lo sucedido.

Esta firma, según las autoridades mexicanas, ya había sido suspendida temporalmente en dos ocasiones durante los últimos ocho años: en 2010 por un fallo técnico que provocó un aterrizaje de emergencia y en 2013 a raíz de la demanda de un piloto que denunció irregularidades técnicas en el funcionamiento de uno de los aviones.

La Dirección General de Aeronáutica Civil de país azteca informó en un comunicado de que la compañía propietaria del avión será sometida a una verificación mayor para comprobar si cumple con todas las normativas requeridas y para recopilar información sobre el accidente.

En el Instituto de Medicina Legal de La Habana continúa la identificación de los cadáveres de las víctimas, cuyas familias esperan alojadas en un hotel de la zona donde son atendidas por médicos y psicólogos.

Ya han sido reconocidos y entregados a sus allegados los restos de 40 de los fallecidos en el accidente, todos de nacionalidad cubana, según precisó el director del Instituto de Medicina Legal cubano, Sergio Rabell.

Por ahora no se ha identificado a ninguna de los once víctimas extranjeras, entre las que hay siete mexicanos (entre ellos los seis miembros de la tripulación), dos argentinos y dos saharauis, de los que uno tiene también pasaporte español.

Respecto al reconocimiento de los seis tripulantes del vuelo, el forense indicó que ya tienen gran parte de la información y la mayoría de las muestras de ADN han sido tomadas a sus familiares llegados desde México.

«Tenemos el cien por cien de certeza» de que cada cuerpo que se entrega se corresponde con la identidad del fallecido, subrayó Rabell, quien insistió en que el proceso puede ser largo.


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