El exministro brasileño de Hacienda Guido Mantega fue obligado hoy por agentes de la Policía a acudir a una comisaría de Sao Paulo, en la que lleva varias horas, para declarar en una nueva fase de una gran operación contra el fraude fiscal. Mantega, que ocupó el cargo durante el Gobierno del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva y en el primer mandato de su sucesora, Dilma Rousseff, deberá declarar ante las autoridades sobre su supuesta amistad con empresarios del sector automovilístico aparentemente beneficiados con medidas fiscales. Hoy lunes, la Policía Federal lleva a cabo en varios estados una fase más de la «Operación Zelotes», como se conoce una investigación contra un grupo de fabricantes de automóviles acusados de haber pagado coimas durante el Gobierno de Lula a cambio de ventajas tributarias. Según las investigaciones, algunas empresas habrían sobornado al Consejo Administrativo de Recursos Fiscales (CARF), vinculado Ministerio de Hacienda y encargado de aplicar multas por asuntos tributarios, para reducir y evitar sanciones. Además de obligar a Mantega a ir a comisaría, los policías dan curso a cerca de treinta órdenes judiciales, incluidos registros en propiedades, en los estados de Sao Paulo (sudeste), Pernambuco (nordeste) y el Distrito Federal de Brasilia. En febrero, en otra fase de la operación, la Policía registró la sede del grupo Gerdau, una de las mayores siderúrgicas del mundo.


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