El ministro de Hacienda de México dimitió este martes por discrepancias económicas con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, lo que generó incertidumbre entre los inversionistas y los mercados, que temen un relajamiento en la disciplina fiscal prometida por el presidente. 

Carlos Urzúa, un respetado académico de 64 años de edad, detalló en su carta de renuncia, difundida en su cuenta de Twitter, que hubo muchas discrepancias económicas con la gestión de López Obrador porque se han tomado decisiones de política pública sin el suficiente sustento.

El ex ministro aseguró  que le resultó inaceptable la imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la Hacienda Pública. »Esto fue motivado por personajes influyentes del actual gobierno con un patente conflicto de interés», dijo sin dar nombres. 

López Obrador aceptó la renuncia de Urzúa y en su lugar designó a Arturo Herrera, quien se desempeñaba como subsecretario de Hacienda. 

«Él (Urzúa) no está conforme con las decisiones que estamos tomando y nosotros tenemos el compromiso de cambiar la política económica que se ha venido imponiendo desde hace 36 años», dijo López Obrador a través de un video. 

El nuevo secretario es economista con doctorado en la Universidad de Nueva York que colaboró con López Obrador cuando fue alcalde de la capital (2000-2006), y se desempeñó en organismos internacionales como la Cepal y el Banco Mundial.

El funcionario aún debe ser ratificado por la Cámara de Diputados, cuya mayoría está representada por el partido Morena, oficialista.

Herrera, que apareció con López Obrador en el video, señaló que México es país de enormes recursos pero también de grandes contrastes. «Es justamente en el área de las desigualdades donde tenemos que trabajar y asegurarnos de que Hacienda esté enfocada en esos asuntos», dijo.

Preocupación

Expertos interpretaron que la carta de Urzúa apunta a que algunos miembros del gobierno de López Obrador buscan una política fiscal más laxa; esto es, mayor gasto público. 

«La economía se ha debilitado en la primera mitad del año y la política fiscal ha permanecido restringida», señaló la firma británica Capital Economics en un reporte a sus clientes. 

«Con Urzúa ahora fuera del camino, esto puede abrir el camino para un relajamiento en la política fiscal», agregó. 

Los empresarios lamentaron la renuncia de Urzúa y se dijeron preocupados por las discrepancias en el gobierno que ha exhibido el hoy ex funcionario.

«Recibimos con preocupación su denuncia sobre las notorias discrepancias que ahora sabemos han existido al interior del gobierno para la toma de decisiones en materia macroeconómica, y sobre todo su denuncia acerca de la adopción de las mismas sin método ni sustento», dijo en una carta Gustavo de Hoyos, presidente de la influyente Confederación Patronal de la República Mexicana, Coparmex. 

Pese a ello, algunos especialistas confían en las dotes profesionales del nuevo secretario Herrera.

«El rápido nombramiento de Arturo Herrera, quien tiene amplia capacidad técnica y conoce a fondo la visión de política económica del nuevo gobierno, envía una señal de confianza al público y en particular a los mercados», dijo a la AFP Gabriel Casillas, director general adjunto de análisis económico del banco Banorte. 

Tras la renuncia de Urzúa, la bolsa mexicana cerró con una pérdida de 1,77%, mientras que el peso mexicano se depreció 1,36% ante el dólar para cerrar en 19,16 por billete verde contra 19,90 de la víspera, según la cotización del Banco de México (central).

Discrepancias públicas

Urzúa ocupaba el cargo desde el primero de diciembre, cuando López Obrador asumió la Presidencia del país. 

De 2000 a 2003 también había colaborado con el mandatario cuando fue alcalde de Ciudad de México. 

Durante la gestión de Urzúa, la secretaría de Hacienda fue criticada duramente por llevar a cabo fuertes recortes del gasto público que generaron reclamos de dependencias de la administración federal. 

Apenas el 21 de mayo, Germán Martínez, director del Instituto Mexicano del Seguro Social, organismo gubernamental que brinda servicios a millones de trabajadores, renunció al criticar los recortes que aplicaba el Ministerio de Hacienda. 

También hubo discrepancias públicas con el propio López Obrador. Una de ellas ocurrió en marzo, cuando el entonces subsecretario de Hacienda, Arturo Herrera, dijo que el gobierno federal ponía en pausa la refinería de Dos Bocas, en el estado de Tabasco, en el sureste del país, uno de los proyectos emblema del gobierno.  

Tras esa declaración, el propio López Obrador desmintió al funcionario y dijo que el proyecto iba hacia adelante. 


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