Miles de inmigrantes indocumentados aguardan este domingo, con miedo e incertidumbre, las anunciadas redadas que según el presidente Donald Trump conducirán a una ola de deportaciones en Estados Unidos.

Se esperaba que agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas salieran a las calles, al menos, de 10 grandes ciudades estadounidenses para arrestar a aproximadamente 2.000 migrantes indocumentados. Pero este domingo, a media mañana, no parecía haberse constatado la realización de operativo alguno.

Consultado por la cadena CNN, Ken Cuccinelli, director interino de la Oficina de Servicios de Ciudadanía e Inmigración en la Casa Blanca, se negó a dar detalles sobre los operativos programados.

El alcance de la operación parece más modesto que los millones que Trump había prometido que serían detenidos y expulsados, cuando mencionó el mes pasado por primera vez las redadas, que después fueron pospuestas. Pero eso no ha aliviado la angustia de los que temen ser el objetivo.

En las últimas horas en decenas de ciudades se realizaron manifestaciones contra las previstas redadas, mientras funcionarios locales y estatales pidieron moderación.

A la preocupación de los inmigrantes se agregan reportes de los medios que señalan que los agentes de inmigración están preparados para detener no solo a los que cuentan con órdenes de expulsión sino también a otros migrantes indocumentados que puedan encontrar incidentalmente. Eso podría incluir a migrantes que han estado en el país por años, con casa, trabajo e hijos.

Traumatizando a la gente

«Esta incertidumbre, este miedo, está causando estragos. Está traumatizando a la gente», dijo la alcaldesa de Chicago, Lori Lightfoot, a CNN.

Trump insistió el viernes en que la mayoría de los alcaldes quiere las redadas.

“La mayoría de los alcaldes lo quiere. ¿Saben por qué? No quieren tener crímenes en sus ciudades», dijo repitiendo su frecuente aseveración de que los migrantes son más propensos a ser criminales que los estadounidenses. Pero varios alcaldes han expresado preocupación por la operación federal.

El alcalde de Miami, Francis Suárez, dijo que en 2018, su primer año en el cargo, su ciudad experimentó la tasa más baja de homicidios en 51 años.

«Así que no entiendo la razón para elegir Miami para las redadas», expresó.

Un acto político

Algunos funcionarios de la ciudad, así como grupos promigrantes y de derechos civiles, han tratado de instruir, a quienes podrían ser blancos de una redada, sobre sus derechos.

«Estamos pidiendo a la gente, si tiene miedo de deportación, que permanezca en casa el domingo, que se traslade en grupos», dijo Keisha Bottoms, alcaldesa de Atlanta.

«Si alguien toca tu puerta, por favor, no la abras a menos que tengan una orden», añadió.

Bill de Blasio, alcalde de Nueva York, dijo a la Msnbc que ve las redadas como «un acto político para convencer a mucha gente en Estados Unidos de que los inmigrantes son el problema».

Al igual que muchos otros funcionarios, teme que la agresiva redada pueda intimidar a los migrantes haciendo que en el futuro cooperen menos con la policía local, dificultando así la seguridad pública.

Millones «en fila» 

«Tenemos millones de personas en fila esperando convertirse en ciudadanos de este país», dijo Trump el viernes.

El mandatario sostuvo que sería injusto para ellos que otros pudieran simplemente cruzar la frontera para conseguir los privilegios de la vida estadounidense. Pero las inminentes redadas han incrementado las preocupaciones de que un nuevo flujo afecte los centros de detención, ya sobrepoblados.

Estados Unidos batalla hace más de un año con una crisis migratoria en su frontera sur, con miles de personas ingresando cada mes, la mayoría centroamericanos que huyen de la violencia y la pobreza en sus países.

El número de indocumentados que llegaron el mes pasado ascendió a más de 100.000 personas, 28% menos que en mayo, pero en un nivel que sigue siendo crítico, según el Departamento de Seguridad Nacional.

El viernes y el sábado, decenas de manifestaciones fueron organizadas a lo largo del país por grupos que piden el cierre de los centros de detención y contra las redadas.

Varios medios estadounidenses han reportado que centros la detención mantienen a niños pequeños separados de sus padres, en condiciones de hacinamiento y antihigiénicas.

Los funcionarios estadounidenses han reconocido la sobrepoblación, pero insisten en que están haciendo lo posible por dar condiciones decentes.

Este domingo, Trump aseguró en Twitter que ha sido mostrado lo bien administrados y limpios que están los centros de detención de infantes, mientras que los de adultos están también «limpios, pero llenos».

Algunos reportes del sábado sugirieron que inmigración podría requerir habitaciones de hotel para acomodar a los detenidos en las redadas.


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