El centrista Emmanuel Macron y la ultraderechista Marine Le Pen se lanzaron de lleno en la campaña para la segunda vuelta de las presidenciales francesas, en una carrera en la que el ex ministro estrella de François Hollande parte con una amplia ventaja.

Macron, de 39 años de edad, es el gran favorito para convertirse el 7 de mayo en el presidente más joven de Francia, después de haber encabezado la primera ronda el domingo con 24,01% de los votos, delante de la líder del Frente Nacional que obtuvo 21,30%, según resultados definitivos.

Este desenlace evidencia un deseo de cambio con la eliminación de la carrera al Elíseo de los dos grandes partidos tradicionales, el Partido Socialista y Los Republicanos, que se han alternado en el poder en el último medio siglo. Sin embargo, estos partidos no desaparecen; por el contrario, estarán muy presentes en las parlamentarias de junio. La elección también reveló una profunda división entre dos Francias, la de las grandes ciudades cosmopolitas que apostaron por el socioliberal Macron y la de las zonas periféricas o rurales que votaron por la ultraderechista Le Pen.

Abstencionistas. Con la etiqueta #SansMoiLe7Mai, “Sin mí el 7 de mayo”, miles de internautas mostraron su rechazo a los resultados de la primera ronda de las presidenciales francesas.

La participación en la primera ronda de las presidenciales francesas (78,23%) fue ligeramente inferior a la de 2012 (79,48%). Si 21,77% de abstención de la primera vuelta de 2017 se convirtiese en apoyo a un candidato, hubiera sido el segundo más votado, por encima de Le Pen.


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