Pese a las advertencias de sus familiares, Ángela Faría, de 92 años de edad, y María Eugenia Ríos, de 70 años, viajaron más de 7.000 kilómetros durante 10 días para llegar a Chile y reunirse con sus parientes.

Partieron desde Maracaibo, estado Zulia, hacia Colombia, donde contaron con atención médica de voluntarios venezolanos y colombianos. Emplearon 4 días para llegar a Cali y de ahí 2 días y medio hasta Ecuador, 2 más a Perú y 36 horas desde Arica hasta Santiago de Chile, reseñó el canal 13 de la televisión local. 

Fueron recibidas por las nietas de Faría,  Taira y Rebeca, quienes indicaron que trataron de comprarles boletos de avión, pero no les dieron garantía de que permitieran que abordaran la aeronave por sus edades.

Taira agregó que fue un viaje de vida o muerte, porque tuvo muchos contratiempos. “Igual había que hacerlo, porque se podían morir en Venezuela”, dijo.

Después de 240 horas de viaje y pasar por 15 ciudades, volvieron a darse el tan esperado abrazo familiar que desde hacía 3 años no sentían.


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