Las «mujeres de confort», eran mujeres coreanas forzadas por el ejército japonés a prostituirse durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). El primer ministro japonés, Shinzo Abe, consideró que este acuerdo inicia una «nueva era» en las relaciones entre los dos países, contaminadas desde hace décadas por esta espinosa cuestión. «Japón y Corea del Sur darán la bienvenida a una nueva era», dijo Abe a los periodistas después de hablar por teléfono con la presidenta surcoreana, Park Geun-Hye.»Ambos países cooperarán juntos sin obstáculos», añadió. Japón aceptó pagar 1.000 millones de yenes (8,7 millones de dólares) de indemnización a las decenas de esclavas sexuales aún vivas, conocidas con el eufemismo de «mujeres de confort».»El sistema de mujeres de confort (…) tuvo lugar por la implicación del ejército japonés (…) y el gobierno japonés es plenamente consciente de su responsabilidad», declaró el lunes a los periodistas el ministro japonés de Asuntos Exteriores, Fumio Kishida, después de unas conversaciones en Seúl con su homólogo surcoreano, Yun Byung-Se. Abe expresó a las víctimas «sus disculpas y su arrepentimiento desde el fondo de su corazón», añadió Kishida.Este acuerdo será «definitivo e irreversible» si Japón asume sus responsabilidades, declaró a los periodistas Yun Byung-Se. Varios conflictos pesan desde hace tiempo sobre las relaciones entre Seúl y Tokio. Pero la situación de las 46 «mujeres de confort» surcoreanas aún vivas es extremadamente sensible en Corea del Sur.Desde su llegada al poder en febrero de 2013, la presidenta Park Geun-Hye adoptó una posición intransigente ante esta cuestión, y hace poco presentó este desacuerdo como el «mayor obstáculo» para la mejora en las relaciones bilaterales.


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