La realidad venezolana exige acuerdos y no confrontación, dijo hoy International Crisis Group (ICG) en un análisis de la situación postelectoral en Venezuela con mensajes para el gobierno, la oposición y la comunidad internacional.»Si las dos partes se enfrascan en una estrategia de confrontación, desconociendo la voluntad popular expresada en las urnas, esta crisis empeorará rápidamente, llevándose por delante a los líderes tanto del gobierno como de la oposición», advierte el informe Fin de la hegemonía: ¿qué sigue para Venezuela?.La organización especializada en prevención y resolución de crisis destaca el hecho de que la mayoría calificada de la Asamblea Nacional (AN) vaya a estar por primera vez en 15 años en manos de la oposición, como resultado de su contundente victoria en los comicios del 6 de diciembre.?Este giro ofrece la oportunidad de pactar entre dos poderes del Estado igualmente legítimos y, en consecuencia, de estar en mejores condiciones para evitar un mayor deterioro social y económico durante los tres años restantes del mandato de Nicolás Maduro?, agrega el documento.Pero el camino no va a ser fácil, sobre todo porque ambas partes van a necesitar «algo de tiempo» para acostumbrarse a la nueva realidad política de Venezuela: ?El oficialismo no está acostumbrado a ser minoría, pero la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) tiene sus dilemas internos y necesita también acostumbrarse a la nueva realidad política que, tarde o temprano, se hará sentir?.»Cuando eso suceda, tendrá que haber negociaciones sobre los temas más urgentes, tanto en lo económico y social como en lo político. Venezuela está sumida en una crisis económica de grandes dimensiones, que amenaza con provocar un desastre humanitario», dice ICG, pocos días después de que la Cepal confirmase una contracción superior a 7 % en la economía venezolana en 2015 y pronosticase un resultado similar para 2016.»De lo contrario, dice la organización, el entrampamiento entre una legislatura cuyas leyes son vetadas y un gobierno sometido a censuras y sintiéndose amenazado, podría conducir a Venezuela a una crisis de gobernabilidad profunda de la que será difícil salir sin ayuda de terceros capaces de mediar o facilitar un diálogo».Para International Crisis Group, las partes necesitarán de «toda su creatividad e imaginación, además de voluntad política, para acordar soluciones a los urgentes problemas del país. La comunidad internacional debe apoyar esos esfuerzos».Una de sus primeras recomendaciones es establecer una agenda legislativa compartida, con la finalidad de resolver los problemas urgentes y restaurar las libertades civiles.En este punto es necesario «pactar un mecanismo expedito» que permita la liberación de las personas privadas de libertad a raíz de las protestas antigubernamentales de 2014 o en su defecto, acordar un mecanismo extraordinario de revisión judicial de sentencias.Al Ejecutivo le aconseja, entre otras cosas, respetar las decisiones del Legislativo y abstenerse de incitar a sus partidarios a confrontarlo en las calles, además de brindar «cifras objetivas y confiables sobre información macroeconómica, sobre enfermedades transmisibles y sobre indicadores de seguridad ciudadana».Además, debe «restaurar el estado de derecho en todo el territorio, incluyendo el levantamiento de los estados de emergencia en los municipios fronterizos con Colombia».Por último le pide a la comunidad internacional, en especial a la ONU, la Unión Europea, la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), que apoyen los esfuerzos en pro de «una solución pacífica y dialogada a la crisis que agobia al país».


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