La infanta Cristina de Borbón, hermana del rey Felipe VI de España, insistió en que ?tenía confianza? en su marido al declarar ante el tribunal que la juzga por supuesta complicidad de fraude fiscal, en un macrojuicio por presunta malversación de fondos públicos.?Contestaré solo a mi abogado?, advirtió la segunda hija del rey emérito Juan Carlos I, con semblante serio, después de que la presidente del tribunal, que forman tres juezas, le informó sobre sus derechos.Cristina es la última de los 17 acusados en la causa en declarar ante el tribunal. Reiteró que nunca participó en los negocios de su marido, Iñaki Urdangarin, uno de los principales acusados en el caso.Al mando entre 2003 y 2006 del Instituto Nóos, una entidad sin fines de lucro, Urdangarin, de 48 años de edad, está acusado junto con su ex socio Diego Torres de malversar 6 millones de euros procedentes de contratos inflados obtenidos, gracias a su estatus, de dos gobiernos regionales.La acusación indica que el dinero era desviado después a sociedades como Aizoon, propiedad a 50% de Cristina, que asegura, sin embargo, que nunca participó en ella. ?Las facturas me las pasaban a la firma, y por la confianza que tenía en mi marido y sus asesores, firmaba?, expresó la infanta. Añadió que aceptó formar parte de la sociedad porque se lo propuso Urdangarin. ?Lo pidió mi marido y yo acepté. Asistí a la notaría y firmé (la constitución de la sociedad) por la confianza en mi marido y sus asesores?, insistió la infanta vestida con pantalón mostaza y chaqueta oscura.?La compañía se creó para canalizar los ingresos profesionales de mi marido?, agregó Cristina antes de afirmar: ?Confío plenamente en él?,  y está ?convencida de su inocencia?.Cristina, cuya inocencia defendió en un gesto inusual la Fiscalía española, está señalada como ?cooperadora necesaria? en dos delitos fiscales: la pareja dedujo gastos personales ?viajes familiares, fiestas de cumpleaños, regalos o clases de baile? como facturas profesionales por cientos de miles de euros.La hermana del rey Felipe VI se enfrenta a una petición de pena de ocho años de cárcel.


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