La oficialista Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN) responsabilizó este jueves al Movimiento Renovador Sandinista (MRS), disidente del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), de estar detrás de las protestas de jóvenes universitarios cuya represión dejó al menos 32 muertos la semana pasada, y que continúan hoy.

«No son estudiantes de la Upoli (Universidad Politécnica de Nicaragua), son gente que está siendo financiada por líderes del MRS», dijo Leonel Morales, presidente de la UNEN en rueda de prensa.

La posición de la UNEN coincidió con la que mantiene el gobierno de Nicaragua hasta ahora, aunque tanto el presidente Daniel Ortega como su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, han evitado mencionar al MRS, uno de los principales grupo de oposición del gobierno.

Morales también negó la participación de la Policía Nacional y de las fuerzas de choque del FSLN, conocidas como turbas y lideradas por la Juventud Sandinista, en el asesinato de decenas de manifestantes, pese a que las transmisiones en Facebook Live han demostrado lo contrario.

Al ser cuestionado por periodista sobre quién mató a los estudiantes, si no fueron los policías ni los miembros de la Juventud Sandinista, Morales se negó a señalar a sus compañeros de universidad, y dijo que un arma se disparó y murió uno, sin precisar quién portaba el artefacto.

Ante los señalamientos, el MRS emitió un comunicado en rechazo a las afirmaciones de la UNEN, que calificó de campaña sucia.

«Los dirigentes de la UNEN, de reconocida militancia orteguista, han llevado estas acusaciones a un punto muy peligroso, acusando a estudiantes de la Upoli de estar fabricando armas y hasta de blindar vehículos, con presunto respaldo del MRS, estas acusaciones están hechas para justificar la continuidad de la masacre a jóvenes estudiantes, para justificar niveles más elevados de represión», respondió la organización política, en un comunicado.

Las protestas contra Ortega llegaron a 9 días continuos, mientras la lista de personas que podrían haber fallecido durante la represión gubernamental sigue en aumento.

Además de los 32 muertos, incluidos dos policías, un adolescente y un periodista, el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) cuenta 48 desaparecidos, en tanto otras organizaciones elevan el número de fallecidos a más de 60.

A pesar de que los enfrentamientos disminuyeron el lunes, ahora la población exige la renuncia de Ortega y Murillo porque los consideran represivos, corruptos, violadores de los derechos humanos y de las libertades públicas, entre otros.


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