Estados Unidos redobló ayer la presión sobre el régimen de Nicolás Maduro al advertir que se encuentra en una «trayectoria de colisión» con la región y el pueblo venezolano, reiterando que la única salida a la crisis es el llamado a elecciones.
La caótica situación de Venezuela fue uno de los temas salientes de la cuadragésima séptima conferencia anual del Consejo de las Américas, en el Departamento de Estado, ayer, uno de los puntos de encuentro de empresarios y diplomáticos de América latina y el poder político de Washington.
El senador republicano de Florida, Marco Rubio, fue una de las figuras presentes. Brindó un discurso de 20 minutos al finalizar el almuerzo. Rubio dijo que el futuro económico y la seguridad nacional de Estados Unidos están «profundamente atados» a la región. Elogió el giro pro mercado de Argentina y la lucha contra el narcotráfico, y sobre el final dejó el mensaje sobre Venezuela.
«Al final, la solución en Venezuela es una elección», dijo.
Rubio, una de las voces más activas en el Congreso contra Maduro, dijo sentirse «complacido» de ver a varios países en la región -nombró a México, Argentina, Chile, Perú y Colombia- liderar la ofensiva contra Maduro. En más de una ocasión insistió en que quería que el cambio en Venezuela llegara «en las urnas».
Tras el almuerzo, el subsecretario de Estado Adjunto para el Hemisferio Occidental, Francisco Palmieri, renovó el llamado a elecciones.
«Todos sabemos que la solución en Venezuela no es menos democracia, sino más democracia», dijo Palmieri. «El régimen sigue en una trayectoria de colisión con su gente y con la región», agregó.