Las autoridades ecuatorianas llevaban a cabo este lunes, por petición de Estados Unidos, la identificación e incautación de las pertenencias de Julian Assange en su embajada en Londres, donde el fundador de WikiLeaks vivió asilado casi siete años. 

La acción desató la protesta de los seguidores de Assange. »¡Lenín Moreno, traidor, ladrón!», gritaba una docena de manifestantes a las puertas de la legación, enarbolando pancartas en las que se podía leer: «Protejan la libertad de expresión e información» y «Liberen a Assange, no lo extraditen a Estados Unidos».

Detenido por la policía británica en la Embajada de Ecuador el 11 de abril después de que Quito le retiró el asilo concedido por el anterior presidente, Rafael Correa, Assange cumple un año de cárcel en Londres por haber violado su libertad condicional cuando en 2012 se refugió allí para escapar de la extradición a Suecia por un caso de presunta violación que acaba de ser reabierto. Pero, sobre todo, el australiano, de 47 años de edad, enfrenta una petición de extradición de Estados Unidos, que quiere juzgarlo por «piratería informática» en relación con los miles de documentos secretos de ese país que WikiLeaks publicó en 2010.

Dentro de la legación diplomática, funcionarios de la Fiscalía procedían hoy, con apoyo de la policía de investigaciones, a identificar e incautar pertenencias de Julian Assange que pudieran servir como indicios de la posible comisión de delitos. «Es una violación de la privacidad y de la libertad de expresión», denunció una de los manifestantes, la periodista venezolana Carolina Graterol, de 52 años. «Están rompiendo todas las leyes que nos protegen como periodistas y se está sentando un precedente muy peligroso», dijo a la AFP

Documentos y material informático

Una diligencia de la Fiscalía ecuatoriana, fechada del 8 de mayo y distribuida por WikiLeaks, señala que los funcionarios registraban papeles, computadoras, teléfonos, unidades de almacenamiento de datos «y cualquier otro artículo que pueda ser pertinente para la investigación». Esto, subrayó la Cancillería, responde a un «pedido de asistencia judicial presentado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos» de conformidad con la Convención interamericana sobre asistencia mutua en materia penal. Y «en caso de que la Fiscalía decida incautar alguna de las pertenencias del señor Assange (…) serán remitidas a Ecuador», donde se analizarán para decidir si «se deben transmitir» a la justicia estadounidense, precisó. 

Contactada por la AFP, la Embajada de Estados Unidos, país que según la diligencia ecuatoriana requirió «especial confidencialidad de la presente investigación», no hizo comentarios al respecto. Presente entre los manifestantes, el ex cónsul ecuatoriano en Londres Fidel Narváez, miembro del anterior equipo de Correa, denunció que las actuales autoridades de su país quizás quieren incriminar a Assange. 

Quito sospecha que WikiLeaks pirateó las comunicaciones de Moreno y las de su familia para filtrar fotos, videos y conversaciones privadas, que dieron munición a sus opositores para acusaciones de corrupción que el presidente niega. «No existe ninguna garantía de que se ha respetado la cadena de custodia, de que esas pertenencías no han sido manipuladas, que no se ha implantado algún material ajeno a Julian Assange», denunció Narváez.


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