La llegada diaria de un centenar de deportados mexicanos desde Estados Unidos a la ciudad fronteriza de Matamoros anticipa la posible recalada de más personas y pone en alerta a las instituciones, luego de las anunciadas redadas masivas por parte del presidente Donald Trump.

En lo que va de julio, por la frontera norte del nororiental estado mexicano de Tamaulipas, se ha incrementado considerablemente el número de personas que son repatriadas de Estados Unidos a través del cruce internacional Puente Nuevo, que conecta las ciudades de Brownsville, en Texas, y Matamoros, en Tamaulipas.

Durante este mes las autoridades estadounidenses han regresado a México, desde este punto, aproximadamente a 100 migrantes por día, de acuerdo con datos proporcionados a EFE por el director de la Casa del Migrante en Matamoros y la cifra podría incrementarse en los próximos días a consecuencia de las políticas migratorias interpuestas por el presidente estadounidense.

El jefe de la Casa Blanca confirmó el viernes que su gobierno iniciará este domingo redadas masivas en nueve ciudades del país, para deportar a «miles» de indocumentados, y dijo que tiene planificado visitar en algún momento un centro de detención para inmigrantes. Ante ello, los representantes de la Casa del Migrante en Matamoros se muestran preocupados, porque si aumenta el número de deportados podría crecer el problema social, pues alegan que no cuentan con la infraestructura suficiente para brindar cobijo ni alimentos a tantas personas.

El albergue no solamente brinda atención a los nacionales que son deportados, sino también a decenas de migrantes de otros países llegados hasta la frontera norte de México luego de una dura travesía de miles de kilómetros, que esperan el momento para cruzar hacia Estados Unidos.

De cumplirse las deportaciones masivas se teme «que haya un choque de migración que nos lleve a una crisis, y lamentablemente, tuviéramos que cerrar provisionalmente o no brindar lo que estamos acostumbrados a brindarle a la comunidad migrante”, expresó el responsable del centro. La mayoría de ellos llegan de distintos puntos de Estados Unidos al aeropuerto de Brownsville y de ahí las fuerzas de seguridad los trasladan en camioneta hasta el puente fronterizo.

Pocas pertenencias. Regresan a México con muy pocas pertenencias, habitualmente guardadas en bolsas de plástico.

Manuel es uno de los cientos de migrantes que fueron deportados en días pasados. Después de 26 años de haber estado viviendo en Estados Unidos, ahora se encuentra en la Casa del Migrante de Matamoros, esperando a que le brinden ayuda para retornar a su natal Estado de México, colindante con la capital mexicana. Sin contar por qué fue detenido, Manuel padece hoy los achaques de pasar 10 meses en prisión, pues la artritis le impide caminar de manera normal.

Con semblante triste, señala a EFE que en el centro de detenciones de Georgia había, por lo menos, 3.000 migrantes detenidos y en espera de ser deportados a la frontera de México. Asegura que en los últimos meses las autoridades migratorias han comenzado a detener a personas con apariencia latina. Sobre todo a mexicanos, a quienes les exigen sus documentos y, en caso de no contar con ellos, son remitidos inmediatamente a las autoridades de migración, sin siquiera haber cometido delito alguno.

“Así como estoy, es como si estuviera con media vida. No puedo hacer nada; ni siquiera puedo ir a ver si ya me depositó mi familia para regresarme al Estado de México”, finalizó el hombre, de aproximadamente 60 años de edad.

Expectativa. A escasas 24 horas del inicio de las redadas masivas, al menos, en 9 grandes ciudades de Estados Unidos, el gobierno de México continúa a la expectativa de lo que pueda suceder.

“»Es algo que puede pasar (las deportaciones), pero no está confirmado. Y si se diera, nosotros tenemos mecanismos de protección para nuestros compatriotas y para los migrantes, como lo estamos haciendo, pero no adelantemos vísperas”, apuntó el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, este viernes en su conferencia de prensa matutina.

Unos días antes, el canciller Marcelo Ebrard aseguró que los 50 consulados de México en Estados Unidos se están movilizando y viendo las «muchas vías legales» para defender a los connacionales. Incluso, dijo que si era necesario iría él mismo al país vecino, a defender los derechos de los migrantes.

Precisamente, la Secretaría de Relaciones Exteriores puso a disposición en los consulados el Fondo de Contingencia para las Representaciones de México en el Exterior ante el posible inicio de redadas masivas contra migrantes de este país.

El Fondo, que hasta marzo registraba 22,3 millones de pesos, aproximadamente 1,17 millones de dólares, es para atender emergencias derivadas de las acciones emprendidas por las autoridades de Estados Unidos y que requieran la utilización de recursos para atender a los mexicanos afectados.

Además, la Cancillería tiene listo a un grupo de 400 abogados y en redes sociales desplegó, desde hace días, una campaña en la que pide a los migrantes mexicanos conocer sus derechos e informarse ante una posible detención, y mantendrá abierto el Centro de Información y Asistencia a Mexicanos.


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