Sri Lanka desplegó este jueves a casi 4.000 militares en todo el país con poderes especiales para la búsqueda y detención de sospechosos, sin orden judicial, a petición del presidente, Maithripala Sirisena, después de los atentados a iglesias y hoteles de lujo del pasado domingo que causaron 359 muertos y 500 heridos.

«Cientos de oficiales del Ejército y soldados de otras categorías (desplegados) a lo largo del país después de que una notificación en la Gaceta concediese poderes de búsqueda, detención o arresto sin orden judicial», indicó un boletín del Ministerio de Defensa.

En total, 3.984 militares proveerán seguridad a iglesias y otros edificios religiosos, así como a otros «puntos vulnerables», en coordinación con la policía.

El despliegue militar incluye controles en carreteras, controles de vehículos y patrullas a pie, entre otras medidas.

Los poderes especiales dados al Ejército fueron acordados por Sirisena para «mantener el orden público» el pasado lunes, luego de los atentados simultáneos del Domingo de Resurrección contra tres iglesias y tres hoteles de lujo.

Desde entonces, las autoridades han hallado y desactivado numerosos artefactos explosivos en distintos lugares de la ciudad que se presume guardan conexión con estos ataques.

Reivindicados el martes por el grupo yihadista Estado Islámico y por los que ya han sido detenidos 60 nacionales, la investigación continúa y las autoridades locales apuntaron inicialmente al grupo islamista local National Thowheeth Jamath, poco conocido.

Atentados de esta magnitud no habían tenido lugar en Sri Lanka desde la guerra civil entre la guerrilla tamil y el gobierno, un conflicto que duró 26 años y finalizó en 2009, y que dejó, de acuerdo con datos de la ONU, más de 40.000 civiles muertos.


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