La Organización Mundial de la Salud declaró que el brote epidémico de ébola en la República Democrática del Congo se ha convertido en una emergencia sanitaria de alcance internacional, y pidió que ninguno de los países vecinos cierre su frontera porque no hay necesidad de ello.

La decisión fue tomada por recomendación del Comité de Emergencias de la OMS y ha seguido al primer caso confirmado de la epidemia en la ciudad de Goma, capital de la provincia de Kivu Norte, localizada a 350 kilómetros de lo que hasta ahora es el epicentro de este brote y a escasos 20 kilómetros de la frontera con Ruanda.

La OMS aclaró que no recomienda ninguna restricción de viajes o comercio con el Congo porque en lugar de ayudar a la contención del virus, esto tendría un terrible impacto en la economía del país y sería contraproducente. Enfatizó que se trata de una emergencia de carácter regional que no representa una amenaza para el mundo.

«Los miembros del comité han subrayado la necesidad de proteger los medios de subsistencia de la gente más afectada por este brote, al mantener las rutas de transporte y las fronteras abiertas», explicó en una rueda de prensa el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

El presidente del grupo de científicos, Robert Steffen, insistió en que todos deben seguir la recomendación conforme se ha emitido y que los países no deben utilizar esta declaración de emergencia como una excusa para imponer limitaciones de comercio o viajes.

Sumándose a ese llamamiento, Tedros invocó que la medida tampoco debe ser razón para «estigmatizar y penalizar a tanta gente que lo que necesita es que la ayudemos».

Este brote de ébola, declarado hace un año, se ha convertido en el segundo más grave de la historia, luego del que tuvo lugar en África Occidental en 2013-2016 y que causó más de 11.300 muertos.

Confinado a la República Democrática del Congo, el ébola ha vuelto a mostrar su peligrosidad, ya que de los 2.512 enfermos fallecieron 1.676 pacientes, un balance provisional pero que da una idea de lo que podría ocurrir si el virus se propagara en Goma, ciudad mucho más grande, de 1 millón de habitantes, que cualquiera de las afectadas hasta el momento.

Entre los infectados ha habido 136 trabajadores sanitarios, de los que 40 fallecieron.


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