La decisión del Senado brasileño de apartar temporalmente a Dilma Rousseff del poder fue recibida con fuegos artificiales en algunos barrios de Brasilia y por llamamientos a la movilización entre los partidarios de la presidencia tras una noche de incidentes aislados en las calles.  Después de una sesión maratoniana que se prolongó más de 20 horas, el Senado brasileño decidió hoy iniciar un juicio político contra Rousseff, por 55 votos contra 22, lo que convierte al vicepresidente, Michel Temer, en presidente interino durante los 180 días que se tomará la Cámara Alta para definir si finalmente destituye a la mandataria. En la Avenida Paulista de Sao Paulo, considerada el ?corazón financiero? de país, se escucharon bocinas de cientos de automovilistas para saludar el cambio y un reducido grupo de detractores de Rousseff que llevaba varios días acampado frente a la sede de la influyente patronal Federación de las Industrias del Estado de Sao Paulo (FIESP) celebró con gritos la decisión. En Río de Janeiro, simpatizantes del Partido de los Trabajadores (PT) protagonizaron en la noche del miércoles un altercado con opositores al Gobierno que no tuvo consecuencias. Tras la votación en el Senado, el PT llamó hoy a la movilización y la ?resistencia? contra el gobierno de Temer, al que calificó de ?ilegítimo?. En las próximas horas Rousseff recibirá formalmente la notificación de la decisión del Senado y abandonará la sede del Ejecutivo, el Palacio de Planalto. Temer presentará hoy mismo su equipo, que asumirá con el desafío de levantar la economía brasileña y recuperar la confianza de los brasileños en la cuestionada clase política.


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